La noticia de AICA tiene algún tiempo, pero hoy volvemos a recordarla porque en su momento nos llenó de alegría. Nosotros oramos para que María sea proclamada Corredentora, Abogada y Mediadora desde hace años, y ese es el motivo de nuestra alegría al ver que cinco cardenales han expresado su visión sobre la importancia de tan esperado paso en la historia de la Iglesia. Sin embargo, no se puede hablar del tema sin hacer referencia a la aparición de la Virgen en Amsterdam, donde Ella hizo expresos pedidos sobre este tema. Una aparición de María fundamental en su mensaje, plena de profecías y visiones sobre el presente y futuro de la humanidad. Produce conmoción el leer los relatos de las experiencias de Ida Peerdeman con la Virgen, las enseñanzas a esta simple mujer. Pero sin dudas que es una aparición que se caracteriza por su contenido teológico, ya que la base del mensaje es el pedido de proclamación del Quinto Dogma Mariano, aquel que se refiere a María como Corredentora, Mediadora y Abogada.
Nuestra Señora se apareció en Amsterdam a esta sencilla mujer revelándole una serie de acontecimientos futuros, como la crisis por la que atravesaría el mundo, la liberación de los Países Bajos de la ocupación alemana, futuras guerras como la del Golfo y la de los Balcanes, la catástrofe de Chernobyl y otras profecías que se han cumplido con rigurosa exactitud. Pero lo más importante es el mensaje de esperanza que quiere dejar a sus hijos. La Virgen señala a su Hijo, Jesús, y también la Cruz. Insiste en que sólo regresando a El vendrá la verdadera Paz. Como en sus apariciones anteriores, pide el rezo del Santo Rosario, mostrándolo como el arma más poderosa contra el demonio.
Pero el eje de esta aparición de María es sin dudas su profecía respecto de que el dogma final de "María Corredentora, Mediadora de todas las Gracias y Abogada" será proclamado formalmente por la Iglesia un día 31 de mayo. Después, vendrá la verdadera paz.
Esta aparición, tan poco conocida, es una de las más importantes que María nos ha regalado. Y no es sólo por las profecías que allí se escucharon, o por la oración al Espíritu Santo que Ella nos enseñó, o por la hermosa imagen que nos regaló. Su importancia radica en el pedido de proclamación del Quinto y último Dogma Mariano, la joya que completa la Corona de María. El título de “La Señora de todos los Pueblos”
El nombre de esta nueva advocación es mencionado por primera vez por María el 16 de noviembre de 1950. Esta fecha es muy importante, porque pocos días antes (el 1 de noviembre de ese mismo año) el Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de María al Cielo. Ida relata lo visto en esa oportunidad:
Veo a la Señora de pie sobre el globo terrestre. Señalándolo, me dice: “Hija, estoy de pie sobre este globo, porque deseo que me llamen LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS”.
En mensajes posteriores Ella explica el significado de este nombre: “Yo soy la Señora, María, Madre de todos los Pueblos. Me pueden llamar Señora de todos los Pueblos o Madre de todos los Pueblos, que antes era María. Yo vengo precisamente en este día para comunicarte que así es como deseo que me llamen. Las personas de todos los países deberán ser verdaderamente un solo pueblo” (11 de febrero de 1951).
“La Señora de todos los Pueblos desea que la lleven a todos, quienquiera o lo que quiera que sean. Por eso recibió este título de su Señor y Maestro” (31 de diciembre de 1951).
“Con la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo al Cielo, mediante un acto único entregó a todos los pueblos a Miriam o María, como ”la Señora de todos los Pueblos”. Al decir estas palabras “Mujer, ahí tienes a tu hijo, hijo, ahí tienes a tu Madre”, con esta declaración, Miriam o María recibió este nuevo título. ¿Por qué sólo hasta ahora aparece el título de “Señora de todos los Pueblos”?. Porque el Señor lo tenía reservado para estos tiempos. Los dogmas proclamados con anterioridad tenían que precederlo, de igual manera que su vida terrena tuvo que preceder a ser declarada la Señora de todos los Pueblos. Todos los dogmas anteriores abarcan la Vida y la Asunción de la Señora” (5 de octubre de 1952).
María se presenta con este título como Madre de toda la humanidad, como la Pastora de todos nosotros. Esta concesión de Dios hacia tan graciosa Criatura debe llenarnos de amor y orgullo, por ser hijos de la propia Madre de Dios.
La oración que La Señora nos entregó
El 11 de febrero de 1951 María nos entrega una oración referida a estos tiempos tan especiales, donde el Espíritu Santo nos busca con fuerza renovada. Ella pide que se difunda esta oración en todo el mundo, que se la rece con el corazón.
Relata Ida: De pronto me encontré de pie ante una Cruz grande. Mientras la contemplo, siento dolores muy intensos. Fue como si todos los músculos de mis brazos se contrajeran, obligándome a cerrar los puños. Sentí como si la cabeza se me desgarrara en pedazos y fuera a explotar, y tuve la sensación de la fiebre. Por todo eso me puse a llorar. No pude soportarlo más y le pregunté a la Señora si podría ser liberada de eso. Duró un poco más y luego todo terminó. Entonces la Señora me dijo: “Todos debemos regresar a la Cruz, sólo entonces reinará la paz y la tranquilidad”.
Mientras estoy todavía de pie con la Señora delante de la Cruz, Ella dice: “Repite lo que te digo”. Ello me llamó la atención, pues yo estaba repitiendo todo lo que oía. Pero de pronto vi que la Señora se volvía aún mas hermosa de lo que ya era. La Luz que siempre la rodeaba se tornó más clara y tan brillante, que ya casi no podía mirarla. Entonces Ella levantó sus manos, que tenía casi siempre hacia abajo, y las juntó. Su rostro se transformó en algo tan celestial, tan sublime que simplemente no se puede describir con palabras. Su figura se volvió aún más hermosa y resplandeciente, yo la contemplaba embelesada y pensé:
¿Qué va a venir ahora?. Entonces la Señora me dice: “Reza ante la Cruz”
Señor Jesucristo,
Hijo del Padre,
manda ahora Tu Espíritu sobre la tierra.
Haz que el Espíritu Santo habite
en el corazón de todos los pueblos,
para que sean preservados de la corrupción,
de las calamidades y de la guerra.
Que la Señora de todos los Pueblos,
que un día era María,
sea nuestra Abogada.
Amén
María agrega: “Hija, esta oración es tan sencilla y tan corta, que cada persona la puede decir en su propio idioma, ante su propia Cruz. Las personas que no tengan un Crucifijo, pueden rezarla a solas”.
En varias ocasiones nuestra Madre hizo referencia a esta oración, como ocurrió en la aparición del 2 de julio de 1951: “Todos los pueblos deberán honrar al Señor y Maestro en Su Creación. Todos los pueblos deberán pedir que venga el verdadero Espíritu, el Espíritu Santo. Por eso les he enseñado esta breve y poderosa oración. El mundo entero se está corrompiendo. Por eso, las personas de buena voluntad deberán pedir cada día que venga el Espíritu de la Verdad. Yo soy la Señora de todos los Pueblos. Este tiempo es Nuestro tiempo. “Que un día era María” quiere decir que muchas personas han conocido a María como María. Sin embargo ahora, en esta era nueva que va a empezar, quiero ser “la Señora de todos los Pueblos”. Esto todos pueden comprenderlo”.
María nos explica la venida del Espíritu Santo con renovada fuerza, al que todos no solo debemos esperar y llamar sino también permitir actuar en nosotros. Y nos aclara por qué Ella en estos tiempos tendrá, en el plan de Dios, una misión mucho mas activa que en los tiempos previos, con remarcada Presencia. Sus repetidas y duraderas recientes apariciones, nos indican a las claras que Ella es la Capitana del Ejército Celestial en estos últimos tiempos.
La conocida imagen de La Señora de todos los Pueblos
La Virgen puso mucho énfasis en la imagen que se debía difundir en relación con la nueva Advocación de Nuestra Señora de todos los Pueblos. Dejemos que sea Ida y la propia María quienes nos relaten como la vemos en Amsterdam, en varios mensajes recibidos en el año 1951:
María describe su imagen de este modo: “Estoy de pie sobre el globo terráqueo y apoyo firmemente mis pies sobre él. También ves con toda claridad mis manos, mi cara, mis cabellos y mi velo. Lo demás está como en la niebla. Ahora te voy a explicar por qué vengo de esta forma. Te he mostrado mi cabeza, mis manos y mis pies como las de un ser humano. Te aclaro: como los del Hijo del Hombre. Ahora te aclararé por qué me aparezco así, de esta forma. Estoy de pie ante la Cruz como la Señora, con cabeza, manos y pies como de un humano, más el cuerpo como el espíritu, porque el Hijo ha venido por la Voluntad del Padre. Pero ahora el Espíritu debe venir sobre el mundo, y por eso yo quiero que se rece. Estoy de pie sobre el globo terráqueo, porque esto concierne al mundo entero”.
Dice Ida: la Señora ahora señala la faja con que Ella ha rodeado su cintura, tengo que mirarla atentamente. “Escucha con mucha atención lo que significa”, dice la Señora. “Es como la faja que cubrió al Hijo. Además estoy de pie como la Señora delante de la Cruz del Hijo”. “El rebaño de ovejas que aparece en la imagen representa a los pueblos del mundo entero, que no hallarán descanso hasta que no se recuesten y contemplen pacíficamente la Cruz, el centro del mundo. Ahora mira mis manos y describe lo que ves".
Ahora veo como si en el centro de la palma de las manos hubiera habido una herida. De la herida de cada mano brotan tres rayos de Luz que descienden sobre las ovejas. La Señora sonríe y dice: “Estos son tres rayos, los rayos de la Gracia, de la Redención, y de la Paz. Por Gracia de mi Señor y Maestro y por amor a la humanidad, el Padre envió al mundo a Su único Hijo como Redentor. Ahora ambos desean enviar al Santo, al Verdadero Espíritu, que solamente puede ser la Paz. Por lo tanto: Gracia, Redención y Paz. El Padre y el Hijo quieren enviar en este tiempo a María, la Señora de todos los Pueblos, como Corredentora, Mediadora y Abogada” (31 de mayo de 1951).
En Akita, Japón, la Virgen María se manifestó sobre una imagen de madera que representa a La Señora de Todos los Pueblos. La imagen lloró 101 veces.
En poco tiempo, ante el pedido de la Virgen, se pintó la imagen y se la difundió rápidamente por el mundo entero junto a la oración. Y en Akita/Japón ésta imagen y esta oración dieron inicio a una aparición que no sólo es confirmación de la aparición de Amsterdam, sino también una continuación de la misma. Akita y Amsterdam, de este modo, están encadenadas bajo el mismo sentido y fundamento.
En estos importantes mensajes, María se nos presenta unida indisolublemente al Espíritu Santo, porque Ella es la llena de Gracia. Pero también anuncia el nuevo rol de María: Corredentora, Mediadora y Abogada. La Madre de Dios está tan unida a la Cruz de Su Hijo, indisolublemente unida, que el rol de Corredentora surge naturalmente. Pero la Iglesia es Corredentora también. Nosotros, como miembros vivos de la Iglesia, debemos acompañar a María en su Corredención, en el camino de la Cruz que Cristo nos propone. María Madre de la Iglesia, de todos nosotros. ¡Meditemos este misterio!
María pide el quinto dogma Mariano
A la fecha la Iglesia ha proclamado cuatro dogmas Marianos:
Ella es (1) Madre de Dios y (2) Siempre Virgen. Ella fue (3) Inmaculadamente Concebida y (4) Asunta al Cielo, habiendo sido el último dogma proclamado el de la Asunción: en 1950 el Papa Pío XII nos dio esta enorme alegría a quienes amamos a María.
Pero falta proclamar un dogma, el quinto, el último y más importante, porque es el que une indisolublemente a la Madre con el Hijo. La Iglesia tuvo que esperar a que la escena estuviera preparada para un dogma relativo a la función o rol de María en el trabajo de la salvación, bajo el triple nombramiento de Corredentora, Mediadora y Abogada. Sin dudas que éste, y no otro, es el tema central de los mensajes de Amsterdam: la Señora habla de esto por primera vez poco después de haber enseñado la oración al Espíritu Santo.
“Yo estoy de pie aquí y deseo ser la Señora de todos los Pueblos, no sólo de un determinado pueblo, sino de todos. Ahora te voy a explicar de nuevo algo, pero escucha con atención. Trata de comprender el significado del contenido de este mensaje. Yo estoy de pie ante la Cruz, con la cabeza, las manos y los pies como los de un ser humano. Mi cuerpo, en cambio, es como salido del Espíritu. ¿Por qué estoy así?. Mi cuerpo fue llevado al Cielo, como el de mi Hijo. Ahora me encuentro ofreciendo ante la Cruz, porque yo he sufrido con mi Hijo espiritualmente y también, de un modo especial, corporalmente. Este será un dogma muy combatido”.
Ida manifiesta temor de transmitir este mensaje, por lo cual María le dice:
“Hija, comunica esto y di que con este dogma se concluyen los dogmas Marianos. Ya lo he dicho: la Teología debe hacer paso a los asuntos de mi Hijo. Con esto quiero decir: teólogos, el Hijo va buscando lo pequeño y lo sencillo para Su obra. ¿Creéis vosotros en lo pequeño y lo sencillo, que vosotros enseñáis a los demás?. ¡Creed con sencillez!. No podemos esperar mucho más tiempo. Este tiempo es nuestro tiempo” (1 de abril de 1951).
Muchas veces volvió María a hablarle a Ida sobre la importancia de este nuevo dogma, y su contenido, como el 2 de julio de 1951:
“Como Corredentora, Mediadora y Abogada estoy de pie sobre el mundo ante la Cruz del Redentor. Por la Voluntad del Padre el Redentor vino al mundo, para esto el Padre se sirvió de la Señora. Por lo tanto, el Redentor recibió de la Señora solamente –y subrayo la palabra “solamente”- la carne y la sangre, es decir, Su Cuerpo. De mi Señor y Maestro, El Redentor recibió Su Divinidad. De esta manera, la Señora se hizo Corredentora. He dicho que “este tiempo es nuestro tiempo”, lo cual significa que el Padre y el Hijo quieren en este tiempo enviar al mundo entero a la Corredentora, Mediadora y Abogada”.
Recordando que la propia Madre de Dios entrega este mensaje a Ida (y a todos nosotros) poco tiempo después de proclamado el cuarto dogma (la Asunción), María coloca en prioridad la importancia de proclamar el quinto dogma como finalización de la misión de la Iglesia respecto de los dogmas Marianos, verdadera Corona de la Reina del Cielo. Ella dijo el 15 de agosto de 1951:
“Hoy vengo como la Señora de todos los Pueblos. Yo aplasté la serpiente con mi pie. Estoy unida al Hijo, como siempre lo he estado. En la historia de la Iglesia, este dogma (el dogma de la Asunción de la Virgen María al Cielo) ha precedido al nuevo dogma. Como Corredentora, Mediadora y Abogada estoy ahora en este tiempo, nuestro tiempo. El dogma de la Asunción tuvo que precederlo. Vendrá seguidamente el nuevo dogma, el más grande. En este tiempo, el Sacrifico está y estará en el centro del mundo”.
Dice Ida: ahora la Señora se aparta de la Cruz y yo de nuevo me siento llenar de violentos dolores. A continuación, la Señora se vuelve a poner ante la Cruz, y yo siento una gran compasión al contemplar sus sufrimientos. Veo entonces una luz intensa que brota de la Cruz. La Señora dice: “Los hombres le han sido encomendados a la Madre. Pues el Hijo ha dicho: “Mujer, ahí tienes a tu Hijo, hijo, ahí tienes a tu Madre”. Por lo tanto, es Corredentora, Mediadora y Abogada. Di esto a tus teólogos. Diles que quiero ser y que seré la Corredentora, Mediadora y Abogada”.
Luego de muchos años de discusiones y de pedidos referidos a este dogma, aún estamos esperando su proclamación. Pero María nos tranquiliza cuando profetiza lo que va a ocurrir, en su mensaje del 29 de abril de 1951:
“Ya lo dije, que ocasionará muchas controversias. Te lo repito, la Iglesia, Roma, lo sostendrá y luchará. La Iglesia, Roma, encontrará resistencia, pero permanecerá firme. La Iglesia, Roma, será cada vez más poderosa y firme, a medida que resistirá en la mucha. Mi intención y el encargo que te doy no son sino para que exhortes a la Iglesia y a los teólogos a que emprendan esta lucha. Yo sé, la lucha será dura y grande”. Ida ve a la Señora sonreír para si misma, y como si mirara a lo lejos, dice: “Pero ya está decretado”.
Uno de los motivos que actualmente motivan a algunos teólogos a sugerir la postergación de la proclamación de este importante dogma, pedido por María, es el intento de unir a las ramas perdidas del Cristianismo. Algunos dicen que elevar de este modo a María podría alejar a las iglesias protestantes. Pero, ¿qué sentido tiene promover una unión que no se fundamente en los cimientos que el propio Dios nos indica?. La unión debe ser verdadera y sólida, respetando todos los Sacramentos que Jesús nos dejó, pero también dejando a María el rol central que Jesús exige para Ella.
María misma completa la profecía dando a Ida los detalles de la futura proclamación que todos esperamos con esperanza y fe: el 31 de mayo de 1954 la Señora muestra como un día 31 de mayo, en el futuro, se realizará la proclamación de este dogma. En una visión Ida tuvo el privilegio de asistir por adelantando a la proclamación del nuevo dogma:
“Aquí estoy de nuevo. La Corredentora, Mediadora y Abogada se encuentra ante ti. Yo he escogido este día, en este día tendrá lugar la coronación de la Señora. Teólogos y apóstoles de nuestro Señor Jesucristo, poned atención. Yo ya os he explicado el dogma. Trabajad y pedid este dogma. Pedid al Santo Padre por este dogma. El Señor Jesucristo ha hecho grandes cosas y aún hará cosas mayores para todos vosotros en este tiempo, en este siglo veinte. Ese día, la Corredentora, Mediadora y Abogada recibirá su titulo oficial de Señora de todos los Pueblos. Fíjate bien: estos tres conceptos en un único gesto. Estos tres”.
Y ahora Ida se encuentra de repente de pie con la Señora sobre la cúpula de una gran iglesia. Mientras entran, escucha que la Señora le dice: “Te traigo conmigo aquí dentro. Cuenta lo que te hago ver y oír”. Ida dice: nos encontramos en una iglesia muy grande, en San Pedro. Veo muchos cardenales y obispos reunidos. En ese momento entra el Papa. Es un Papa que yo no conozco. Lo llevan en una especie de silla, pero luego va de pie. La gente lo aclama jubilosamente, el coro empieza a cantar. Ahora el Santo Padre anuncia algo en un idioma que yo no entiendo, teniendo levantados dos dedos. De repente la Señora está nuevamente de pie sobre la tierra, sonríe y dice:
“Así que te he dejado ver, hija mía, lo que es la Voluntad del Señor Jesucristo. Ese día será el día de la Coronación de Su Madre, la Señora de todos los Pueblos, que un día era María”.
De este modo María nos pone una meta a todos los que la amamos. Millones de firmas de cardenales, obispos y fieles se han reunido pidiendo al Santo Padre la proclamación del quinto dogma. Muchos libros se han escrito sobre el tema, y se discute la oportunidad y conveniencia de la proclamación.
¡Oremos por la pronta proclamación de María como Corredentora, Mediadora y Abogada, porque Ella nos ha prometido la Paz de Jesús para ese momento!
María le habla a las mujeres y hombres de estos tiempos
María dijo a las mujeres de éstas épocas:
“Mujeres de este mundo, ¿sabéis vosotras qué significa ser mujer?. Significa sacrificarse. Despréndanse de su egoísmo y vanidad y preocúpense de llevar a todos los niños a lo más importante, a la Cruz. Sacrificáos también vosotras” (31 de mayo de 1951). “¿Conocéis todavía vuestra tarea?. Escuchad bien: como es la mujer, así es también el hombre. Vosotras, mujeres, tenéis que dar ejemplo. Volved a vuestra femineidad” (10 de diciembre de 1950).
Y también les habló a los hombres:
“Y ahora me dirijo a los hombres de este mundo. Yo les digo: de vosotros, los hombres, tiene que venir la fuerza y la voluntad de llevar al mundo hacia el único Príncipe de este mundo, el Señor Jesucristo” (31 de mayo de 1951). “Tengo que haceros una pregunta, hombres: ¿dónde están los soldados de Cristo?. Eso es todo lo que tengo que deciros” (10 de diciembre de 1950).
¿Qué dijo la iglesia sobre Amsterdam?
El 31 de mayo de 1996 el Obispo de Haarlem, diócesis de Amsterdam, Monseñor Hendrick Bomers y el Obispo auxiliar, Monseñor Punt, publicaban una declaración según la cual no tenían nada que objetar a la devoción pública de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, dándole su aprobación eclesiástica oficial. La vidente Ida Peerdeman, testigo ocular de las apariciones de la Santísima Virgen en Amsterdam desde 1945 a 1959, y que en ese momento contaba 90 años, estaba presente.
Y finalmente, el 31 de mayo del 2002, la aparición fue aprobada como de "origen sobrenatural" por el obispo José María Punt de Haarlem-Amsterdam (Holanda). El obispo dijo que eran una "ayuda para entender los signos de los tiempos y vivir mas fielmente el Evangelio, ya que los signos de nuestros tiempos son dramáticos. La devoción a nuestra Señora de Todos los Pueblos puede ayudarnos, en mi sincera convicción, a guiarnos en el camino correcto, durante el presente drama de nuestros tiempos, el camino hacia un nuevo y especial derramamiento del Espíritu Santo, el único que puede sanar las grandes heridas de nuestro tiempo".
El 10 de mayo de 1953 la Virgen le da a Ida un mensaje para el Santo padre: “Hoy traigo un mensaje especial. Pídele al Santo Padre que rece la oración... y que enseñe a los pueblos a rezarla. Dile: Apóstol de Nuestro Señor Jesucristo, enseña a tus pueblos esta oración tan sencilla y tan profunda a la vez. Es María, la Señora de todos los Pueblos, quien te lo pide. Tú eres el Pastor de la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo. Cuida tus ovejas. Has de saber que grandes peligros amenazan a la Iglesia y al mundo. Ahora ha llegado el momento en que hables de María como Corredentora, Mediadora y Abogada, bajo el título de la Señora de todos los Pueblos. ¿Por qué te lo pide María?.
Porque Ella ha sido enviada por su Señor y Creador, para poder salvar el mundo, mediante esta oración y este título, de una gran catástrofe mundial. Tú sabes que María quiere venir como la Señora de todos los Pueblos. Ahora ella te pide que los pueblos puedan oír este título de ti, del Santo Padre".
La Corredentora
Un buen número de personas se ha tomado en serio este encargo de María, y han escrito al Santo Padre pidiendo la proclamación del dogma. Especialmente grupos como Vox Populi Mariae Mediatrici han sido constantes en buscar firmas para este fin. A pesar de la oposición de clérigos y laicos que no están de acuerdo con la proclamación de este nuevo dogma, más de cuatro millones de fieles, alrededor de cuatrocientos setenta obispos y cuarenta cardenales han enviado su petición al Santo Padre. La Madre Teresa de Calcuta era una gran defensora de Nuestra Señora, y firmó el pedido de consagración del dogma.
Mucha gente llama cariñosamente a la advocación de Nuestra Señora de todos los Pueblos como La Corredentora. Quizás este nombre es una síntesis de lo que Ella nos vino a pedir allí. Las últimas apariciones, las cuales tuvieron lugar casi todas los días 31 de Mayo, constituyen una grandiosa conclusión de todos los mensajes. En estas visiones celestiales la Señora enseña el camino que la humanidad deberá seguir, el camino que conduce al gran Misterio de la Eucaristía, el Milagro diario.
Unámonos a las millones de voces que piden que Nuestra Madre Celestial sea proclamada MARIA CORREDENTORA MEDIADORA Y ABOGADA...
LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS-HAMNSTERDAM-HOLANDA...
Nuestra Señora se apareció en Amsterdam a una sencilla mujer, Ida Peerdeman, revelándole una serie de acontecimientos futuros, como la crisis por la que atravesaría el mundo y el gran combate que se desarrollaría dentro de la Iglesia, la liberación de los Países Bajos de la ocupación alemana, futuras guerras como la del Golfo y la de los Balcanes, la catástrofe de Chernobyl y otras profecías que se han cumplido con rigurosa exactitud. Pero lo más importante es el mensaje de esperanza que quiere dejar a sus hijos. La Virgen señala a su Hijo, Jesús, y también la Cruz. Insiste en que sólo regresando a El vendrá la verdadera Paz. Como en sus apariciones anteriores, pide el rezo del Santo Rosario, mostrándolo como el arma más poderosa contra el demonio.
Pero el eje de esta aparición de María es sin dudas su profecía respecto de que el dogma final de "María Corredentora, Mediadora de todas las Gracias y Abogada" será proclamado formalmente por la Iglesia un 31 de mayo. Después, vendrá la verdadera paz.
La aparición comenzó el 25 de marzo de 1945, día en que la Iglesia celebra la Fiesta de la Anunciación. En total fueron 56 apariciones entre ese año y 1959. María allí ha pedido se le reconozca con el nuevo título de "La Señora de Todos los Pueblos", se venere la imagen que le mostró a la vidente y se rece una oración a Jesucristo, que Ella misma le dictó.
A través de esa oración María nos pide implorar la Presencia del Espíritu Santo en el mundo, para que descienda sobre nosotros, como en Ella siempre estuvo.
Esta aparición, tan poco conocida, es una de las más importantes que María nos ha regalado. Y no es sólo por las profecías que allí se escucharon, o por la oración al Espíritu Santo que Ella nos enseñó, o por la hermosa imagen que nos regaló. Su importancia radica en el pedido de proclamación del quinto y último dogma Mariano, la joya que completa la Corona de María:
María Corredentora, Mediadora de todas las gracias y Abogada
Oración dictada por María a Ida
Señor Jesucristo,
Hijo del Padre,
manda ahora Tu Espíritu sobre la tierra.
Haz que el Espíritu Santo habite
en el corazón de todos los pueblos,
para que sean preservados de la corrupción,
de las calamidades y de la guerra.
Que la Señora de todos los Pueblos,
que un día era María,
sea nuestra Abogada.
Amén
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