Tener verdaderos amigos es una ventaja enorme. Charles Spurgeon dijo en
cierta ocasión: «La amistad es una de las alegrías más dulces de la
vida. Muchos podrían haber caído bajo la amargura de sus dificultades de
no haber encontrado a un amigo».
*Mara Hodler
Tal vez pienses que ser esa clase de amigo exige hacer o decir
periódicamente algo sensacional. He descubierto que lo que importa en
realidad es hacerse presente cuando nos necesitan.
Sam Rayburn fue presidente de la Cámara de Representantes de los
EE. UU. durante 17 años. Una noche la hija de un buen amigo suyo murió
repentina e inesperadamente. A primera hora del día siguiente el padre
de la niña oyó que alguien tocaba a la puerta. Era Sam Rayburn.
—Vine a ver qué podía hacer por ustedes —dijo.
El padre, sobrecogido de dolor y pesar, respondió: —Ya organizamos todo el sepelio. No queda nada más que hacer.
El Sr. Rayburn puso una mano sobre el hombro de su amigo y le preguntó: —¿Me equivoco si digo que no has probado bocado esta mañana? Dicho eso, procedió a preparar el desayuno para la familia de su amigo.
—¿No ibas a desayunar en la Casa Blanca esta mañana? —preguntó alguien.
—Así es —respondió el Sr. Rayburn—, pero llamé al Presidente y le
expliqué que un amigo me necesitaba, que no iba a poder asistir.
Cuando yo tenía 16 años, en mi clase había un tipo callado llamado
Marcus. Salvo cuando hacíamos trabajos escolares en grupo, casi no
hablábamos. Entonces un hermanito suyo se enfermó de gravedad. No se
sabía si iba a recuperarse o a morir. Fue una experiencia escalofriante
para su familia y para todos los que los conocían. Yo no sabía cómo
ofrecerle mi apoyo, pero me armé de valor y un día me dirigí a su casa
después de las clases. Él estaba ocupado en el garaje. Lo saludé y me
senté a observarlo mientras reparaba un viejo reloj. Ese rato me pareció
una eternidad.
No hablamos mucho, y yo me preguntaba si mi presencia ayudaba en algo.
Después me sentí incómoda por haberlo hecho y me alegré de que en esos
días hubiera un breve receso en el colegio. Sin embargo, el primer día
que volví a clases Marcus se me acercó y trabamos conversación.
Charlamos largo rato y hemos sido amigos desde entonces. El simple hecho
de hacerme presente bastó para forjar un vínculo de amistad y
confianza.
* Misionera en Extremo Oriente y en África Oriental. Actualmente vive en
Texas con su esposo y sus hijos y administra una pequeña empresa
familiar.
DIOS CONTIGO
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