Audio-Santoral:SAN BRAULIO DE ZARAGOZA
Jn. 8,51-59
El Salvador revela un hecho desconocido para los judíos: que Abraham vio y se alegró al contemplar el día de Jesús. Todos sabían que Dios había hecho una alianza con Abraham, asegurándole grandes promesas de salvación para su descendencia. Sin embargo, desconocían hasta qué punto llegaba la luz de Dios. Cristo les revela que Abraham vio al Mesías en el día de Yahvé, al cual llama mi día.
En esta revelación Jesús se muestra poseyendo la visión eterna de Dios.
Pero, sobre todo se manifiesta como alguien preexistente y presente en
el tiempo de Abraham. Poco después, en el fuego de la discusión, cuando
le alegan que aún no tiene cincuenta años les dice: «En verdad, en
verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy» (Jn 8,58) Es una
declaración notoria de su divinidad, podían entenderla perfectamente, y
también hubieran podido creer si hubieran conocido más al Padre. La
expresión “Yo soy” es parte del tetragrama santo Yahvhé, revelado en el
monte Sinaí.
El cristianismo es más que un conjunto de reglas morales elevadas, como
pueden ser el amor perfecto, o, incluso, el perdón. El cristianismo es
la fe en una persona. Jesús es Dios y hombre verdadero. «Perfecto Dios y
perfecto Hombre», dice el Símbolo Atanasiano. San Hilario de Poitiers
escribe en una bella oración: «Otórganos, pues, un modo de expresión
adecuado y digno, ilumina nuestra inteligencia, haz también que nuestras
palabras sean expresión de nuestra fe, es decir, que nosotros, que por
los profetas y los Apóstoles te conocemos a ti, Dios Padre y al único
Señor Jesucristo, podamos también celebrarte a ti como Dios, en quien no
hay unicidad de persona, y confesar a tu Hijo, en todo igual a ti».
Rev. D.
Enric
CASES i Martín
(Barcelona, España)
«La mayoría de las falsedades contienen
algo de verdad; por lo menos, aquellas falsedades que son
perversiones de la verdad son las que tienen más éxito.
Pero, aun sin falsedad, ustedes saben cuán extraña puede aparecer
la verdad a mentes no familiarizadas con ella.»
Card. J. H. Newman, Sermón en la inauguración del Seminario S. Bernardo, 1873
Card. J. H. Newman, Sermón en la inauguración del Seminario S. Bernardo, 1873
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