AL SILENCIO DE CRISTO EN SU PASIÓN
“Si Cristo te habla al alma, has de quedar solitaria y en silencio, si quieres escuchar a Cristo, has de saber callar”. “Ninguna unión es mayor que la que se da entre las tres divinas Personas que son un solo Dios. Después de ella, ninguna unión es más grande que la que se da entre Dios y el alma. “Cuando Dios mira a la criatura, le da con ello el ser; cuando la criatura mira a Dios, recibe con ello su ser”. “Si sucediera que un alma recibiese un beso de la Divinidad, se encontraría llena de perfección y de dicha, abrazada en unidad”.
“Si Cristo te habla al alma, has de quedar solitaria y en silencio, si quieres escuchar a Cristo, has de saber callar”. “Ninguna unión es mayor que la que se da entre las tres divinas Personas que son un solo Dios. Después de ella, ninguna unión es más grande que la que se da entre Dios y el alma. “Cuando Dios mira a la criatura, le da con ello el ser; cuando la criatura mira a Dios, recibe con ello su ser”. “Si sucediera que un alma recibiese un beso de la Divinidad, se encontraría llena de perfección y de dicha, abrazada en unidad”.
Eckhart
Hay, Señor, en tu adorable Pasión, una palabra que sin vibrar en mis
oídos, llega a lo más profundo de mis entrañas, que me conmueve, admira y
enternece y habla como ninguna… No es la palabra de los discípulos que
te niegan, ni la de los jueces que te escarnecen, ni la de los sayones
que te insultan, ni la de la plebe que te blasfema, ni siquiera la de
las piadosas mujeres que te compadecen…
Es la palabra que tu no has pronunciado, la de tu silencio, severo,
grave, solemne, no interrumpido ni para quejarte, disculparte,
justificarte, ni menos para recriminar, volver por tu honra y la de los
tuyos, vindicar tu vida, hundir en los abismos de la nada a tus
acusadores…
¡Silencio largo, adorable, misterios de la Pasión de Cristo! ¡Cuánto
confundes mi afán de justificarme, disculparme, razonar, volver por los
fueros de mi orgullo, egoísmo y amor propio! ¿Cuándo, Señor, cuándo
aprenderé tu silencio, y cuándo sabré que Tú, y sólo Tú eres el que
justificas y condenas y que el juicio y estima de los hombres nada valen
si Tú no los sancionas?
¿Cuándo, Jesús mío, aprenderé a callar, a hablar poco con los hombres y a hablar mucho contigo?
¿Cuándo imitare tu silencio, humilde, paciente, adorable? Jesús autem tacebat.
¡Oh Jesús callado, dame la santa virtud de tu silencio!
Amén
DIOS CON NOSOTROS
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU COMENTARIO, PRONTO ESTAREMOS COMUNICANDONOS CONTIGO...
CON AMOR, MARIAM...