Y DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS Y AL TERCER DÍA RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS
"Jesús bajó a las regiones inferiores de la tierra. Este que bajó es
el mismo que subió" (Ef. 4,9-10). El Símbolo de los Apóstoles confiesa en un
mismo artículo de fe el descenso de Cristo a los infiernos y su Resurrección de
los muertos al tercer día, porque es en su Pascua donde, desde el fondo de la
muerte, Él hace brotar la vida.
CIC Art. 5, No. 631
Algunos cristianos piensan que el Sábado Santo es una fecha sin importancia o cuyo significado no queda del todo claro. En efecto, es un día diferente porque al contrario del Jueves y Viernes Santos, no ocurrieron acontecimientos visibles en la tierra. Por ello, el sentido del Sábado Santo es la reflexión y el acompañamiento de la Madre de Dios que está a la espera de la resurrección del Hijo.
Debido que Jesús “ha muerto” necesitamos guardar silencio, semejante al duelo cuando perdemos a un ser querido. También estamos en la expectativa por la Resurrección de Cristo durante la primera parte del día.
En el Sábado Santo celebramos la frase que recitamos en el Credo: “Descendió a los Infiernos”.
Sabemos, por las escrituras y la tradición, que Jesús bajó al “Seol”. Allí permanecían las almas de todos los muertos porque no tenían cómo llegar al cielo. En aquel lugar estaban todos los santos y justos quienes perecieron antes de la muerte de Jesucristo: los patriarcas, los profetas, los reyes, San José, Adán y Eva, etc. Cuando Jesús muere, desciende al Seol y lleva consigo al cielo a todos los que creyeron.
Debido que Jesús “ha muerto” necesitamos guardar silencio, semejante al duelo cuando perdemos a un ser querido. También estamos en la expectativa por la Resurrección de Cristo durante la primera parte del día.
En el Sábado Santo celebramos la frase que recitamos en el Credo: “Descendió a los Infiernos”.
Sabemos, por las escrituras y la tradición, que Jesús bajó al “Seol”. Allí permanecían las almas de todos los muertos porque no tenían cómo llegar al cielo. En aquel lugar estaban todos los santos y justos quienes perecieron antes de la muerte de Jesucristo: los patriarcas, los profetas, los reyes, San José, Adán y Eva, etc. Cuando Jesús muere, desciende al Seol y lleva consigo al cielo a todos los que creyeron.
DIOS CONTIGO
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