domingo, 27 de noviembre de 2016

LA ESPERENZA ES HOY

¿VAS A PERMITIR QUE EN ESTE TIEMPO SOLO PASE EL TIEMPO?
Cuando se acerca el Adviento, todos los cristianos empezamos a oír mensajes de esperanza, como si el Adviento consistiera en esperar. No es así. El Adviento no es esperar; es celebrar que la espera ha sido ya colmada y la promesa se ha hecho realidad, que la esperanza cristiana no ha sido una frustración. Es una presencia iniciada. No esperamos que el Salvador vaya a nacer, sino que el Niño es ya una realidad adulta en nuestras vidas o que debería serlo todavía más, y eso colma nuestra esperanza definitiva, que no anda por aquí cerca, sino más allá de ese horizonte de oscuridad y luz que es la propia vida. 

Esta vida nuestra parece la sala de la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), donde los hombres nos recuperamos todos los días de mil frustraciones y dolores que nos acompañan, de falta de fe, de pesimismo absurdo, de indiferencia… El papa Francisco ha llamado a la Iglesia a ser tienda de campaña. En Adviento, la Iglesia, como una enfermera, nos pone una bolsa más de suero por la vía del corazón para que estemos bien nutridos y así recibamos pronto el alta del hospital del sin sentido, que es lo que todos los enfermos anhelamos.

Ahora que la Iglesia abre la puerta santa del Adviento, los cristianos tenemos que ocupar lugares privilegiados en ese podio que contempla la vida que pasa. Para celebrar que Dios es Dios entre nosotros, el Emmanuel, el esperado de los tiempos, que ya ha colmado la historia y la ha convocado al sentido y al gozo. No somos para la esperanza, somos esperanza concentrada de un tiempo que ha llegado ya, que ha culminado en la encarnación del Verbo y que nosotros hemos de celebrar y proclamar.

Adviento no es mirar al cielo esperando que algo suceda: “Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo?” (Hch. 1,11). Adviento es mirar al suelo para que sea posible el milagro de renacer.

Un nuevo sentido de esperanza cristiana ha de abrirse paso para no caer en la tentación de la obra de Samuel Beckett, donde dos payasos esperan a Godot y nunca llega. Sobran cristianos que esperan a Godot, como Wladimir y Estragón, que se enteran por el cruel Pozzo de que no vendrá hoy, pero mañana seguro que sí; y, sin embargo, Godot nunca llega. Nuestro Salvador sí ha llegado y, con su llegada, se han visto cumplidas todas las expectativas salvíficas de antes y de ahora. Esto es Adviento.

TEMPLANZA 

El mejor amigo es aquel con quien te puedes sentar en el patio a columpiarte, con el sin decir una palabra y después irte sintiendo como si hubiera sido la mejor conversación que jamás tuviste.

Sueña lo que tu quieres soñar; anda donde tu quieras ir; se lo que tu quieres ser, por que solo tienes una vida y una oportunidad para ser feliz y para hacer todas las cosas que quieras hacer.

Que tengas suficiente felicidad que te haga dulce suficientes pruebas que te haga fuerte, suficiente esperanza que te haga feliz, ponte siempre en los zapatos del otro si sientes que te duele probablemente también le duele a la otra persona.

La felicidad esta con aquellos que lloran, aquellos que están dolidos, aquellos que han buscado, y aquellos que han intentado de corazón las cosas, por que solo ellos pueden apreciar la importancia de aquella gente que ha tocado sus vidas.

La gente mas feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo; ellos tan solo saben sacar lo mejor de todo y tirar de un lado lo otro o lo que se les presenta en el camino.





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