DESPRENDIMIENTO
“Señor, danos esa delicadeza y amor , para descubrir que Tú eres la Luz
que ilumina nuestro camino. Nuestro mundo está necesitado de tu
manifestación. Señor, ¡hay tanta oscuridad! Ayúdanos a ser Contigo luz
en nuestros ambientes, ayúdanos a ser una familia que lleve la luz del
amor, del perdón, del respeto mutuo, del amar las diferencias. Danos ese
corazón generoso que geste la luz de tu presencia.”
Todo lo que
vamos dando a los demás tarde o temprano termina revertiendo en cosas
buenas en nuestra vida, aunque sea de forma distinta a como esperamos
Había una vez un hombre sabio, gran matemático,
al que en cierta ocasión un hombre muy rico y muy avaro le pagó un gran
tesoro por encontrar la forma de obtener el máximo beneficio en todo lo
que hiciera, pues su gran sueño era llenar de oro y joyas una inmensa caja fuerte que había fabricando él mismo.
El matemático estuvo encerrado durante meses en su laboratorio;
cuando pensaba que había encontrado la solución, descubría errores en
sus cálculos... y vuelta a empezar. Una noche apareció en casa del
hombre rico con una gran sonrisa en la cara: "¡lo encontré!", le dijo,
"mis cálculos son perfectos". El avaro, que al día siguiente partía para un largo viaje y no tenía tiempo de escucharle,
le prometió el doble del oro si se quedaba a cargo de sus bienes
poniendo en práctica sus fórmulas. El matemático, entusiasmado por su
descubrimiento, aceptó encantado.
Cuando algunos meses después el avaro regresó,
encontró que no quedaba nada de sus antiguas posesiones. Furioso, fue a
pedir explicaciones al matemático, quien tranquilamente le contó sus
planes: había regalado todo a todo el mundo. El hombre rico no podía creerlo, pero entonces el matemático le explicó:
- Durante meses estuve analizando cómo puede un hombre conseguir el
máximo beneficio, pero siempre estaba limitado, porque un hombre sólo no
puede hacer mucho. Entonces comprendí que la clave era que fueran muchos los que ayudaran a conseguirlo,
y así fue como resultó que ayudar a todos era la mejor forma de que
cada vez más gente contribuyera a conseguir nuestro propio beneficio.
Desengañado y furioso, el avaro se marchó desesperado tras haber
perdido todo por culpa de un loco. Pero mientras caminaba cabizbajo y
pensativo, varios vecinos corrieron a preocuparse por él. Todos habían sido beneficiados cuando el matemático repartió sus bienes,
y se sentían tan honrados de poder ofrecer su casa y todo lo suyo a
alguien tan especial, que hasta discutían por poder ayudarle. Durante
los días siguientes, el avaro estuvo comprobando los efectos de lo que
había planeado el matemático: allá donde iba era recibido con grandes
honores, y todos se mostraban dispuestos a ayudarle en cuanto estuviera en su mano. Y comprendió que su no tener nada le había dado mucho más.
De esta forma, rápidamente pudo volver a crear florecientes negocios, pero desde entonces, siguiendo el consejo de su brillante matemático, ya no volvió a acumular sus riquezas en una caja fuerte ni nada parecido. En su lugar, las repartía entre cientos de amigos, cuyos corazones se convertían en la más segura, agradecida y rebosante de las cajas fuertes.
P.P.S.
DIOS CONTIGO
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