¿ESTAMOS OYENDO?

CUANDO LAS ADVERTENCIAS DEL SEÑOR SON DESANTENDIDAS 

El Cielo nos advierte con precisión, pero no queremos ver como se están cumpliendo esas profecías.

La inmensa mayoría tiende a pensar que las profecías que están siendo entregadas por el cielo – especialmente a través de mensajes de la Virgen María – son fruto de las mentes desequilibradas y fantasiosas de los videntes.  Pero cuando se presentan pruebas del cumplimiento de lo que fue profetizado, estas son ignoradas.

Fuentes: Kihebo, Rwanda, Apariciones de Fátima y Medjugorje, Madre del Verbo de Kihebo, Rwanda

¿Lo que sucedió en Rwanda fue sólo un ensayo general de lo que sucederá a la humanidad?

¿Acaso lo que están haciendo los jihadistas no es parte de esta profecía?

El 28 de noviembre de 1981, la Santísima Virgen María (y más tarde Jesús) comenzaron a aparecer a un grupo de adolescentes en una aldea rural de Kibeho, Rwanda, dándoles mensajes celestiales urgentes destinadas a ser compartidos por todo el país y el mundo entero.

Debido a la gran importancia de los mensajes celestiales, la Iglesia de inmediato comenzó a investigar a los videntes y los mensajes, y el 29 de junio de 2001 el Obispo local aprobó oficialmente los acontecimientos relatados por tres de los videntes.

Los mensajes iniciales vinieron de la Virgen María y estaban llenos de su amor por sus hijos en la Tierra.

El contenido de los mensajes era a menudo de instrucción, proporcionando dirección espiritual y orientación para que las personas vivan vidas más devotas, se arrepientan de sus pecados y rechacen las tentaciones, a fin de acercarse a Dios.

Las instrucciones de María para la humanidad incluían rezar el rosario todos los días para evitar el mal, abrir sus corazones el uno al otro, y ayudarse mutuamente.

Pronto, sin embargo, algunos de los mensajes de la Virgen María comenzaron a contener predicciones escalofriantes de guerras, catástrofes, y la corrupción, que Ella dice que el mundo enfrentará en los próximos años.

Ella dio a los jóvenes videntes visiones terroríficas sobre un futuro en el que

• los corazones de las personas estarían dominados por el odio en lugar del amor,

• que el planeta estaría desgarrado por guerras de religión,

• las economías se convertirían fallidas,

• habría colapso de los gobiernos y

• desastres naturales.

En medio de los mensajes de aliento para el arrepentimiento y el amor al prójimo, apareció un mensaje espectacular que pronto pareció ser el más importante de todos los mensajes que la Virgen dejó en Kibeho.

En 1982 la Santísima Virgen predijo específicamente el horrible genocidio de 1994, 12 años antes de que ocurriera. 

Dijo que “un río de sangre” fluiría a través de Rwanda a menos que el pueblo de Ruanda se contuviera de albergar odio y animosidad uno para el otro, y volviera en sus corazones el amor y la caridad fraterna hacia los otros.

El 19 de agosto de 1982, los videntes vieron 

“un río de sangre, personas que se estaban matando unas a otras, cadáveres abandonados, sin nadie que los enterrara, todo en llamas, cuerpos sin cabeza”. 

Junto con la Santísima Virgen, Jesús también apareció muchas veces a los videntes de Kibeho, instando a la gente a arrepentirse de sus pecados y vivir vidas virtuosas.

Al igual que la Santísima Virgen María, también advirtió de una sangrienta guerra civil que no tardaría en ocurrir si las personas no cambian su animosidad tribal y el sectarismo de uno por el otro.

Durante una aparición 12 años antes del genocidio, Jesús mostró a Segatashya (uno de los presuntos videntes) imágenes de casas en llamas y gente siendo despedazada por asesinos armados con machetes. 

El Señor le dijo a Segatashya que esto era lo que pasaría si la gente seguía en el pecado y en el odio entre sí.

Cuando el sangriento genocidio comenzó en Rwanda, el propio Segatashya fue baleado por un escuadrón de la muerte.

En ese momento esta visión y la profecía de la Virgen María Santísima parecía completamente irreal para la mayoría, a pesar de que Ruanda tenía una muy larga historia de conflictos tribales y animosidad entre las diferentes tribus y grupos sociales, lo que siempre ha sido un problema importante para el país.

La Virgen María abogaba para que la gente abandonara este odio basado en afiliaciones tribales, y vieran a todos los ruandeses como hermanos.

Ella animaba a todos los pueblos a tener amor y preocupación por los demás, centrándose en el amor y la misericordia de Su Hijo, Jesús.

Ella dijo que la guerra civil que se avecinaba y el derramamiento de sangre se podrían evitar mediante la práctica de este amor.

Lamentablemente, muy pocos ruandeses siguieron el consejo de Nuestra Señora, y el país cayó en la locura, el caos y el asesinato, tal como lo había predicho.

¡Si hubieran escuchado las advertencias de la Virgen María cuando ella apareció en Kibeho, el sangriento genocidio nunca tendría sucedido!

La Santísima Madre instó a todos los ruandeses, a través de los videntes, a buscar Su ayuda para abrazar el amor y pedir el perdón de Cristo. 

Ella dijo que la manera más segura y mejor para lograr esto era rezando el rosario todos los días.

La Virgen María dijo que el rosario era una de las herramientas más poderosas del mundo para defenderse de la tentación y el mal. 

Ella rogó a todos rezar el rosario, al menos una vez al día, sin importar la religión que pertenecían, y prometió a todos los que lo hicieran recibir gracias y bendiciones espirituales especiales.

A lo largo de 100 días desde 6 abril al16 julio 1994, aproximadamente 800 mil a 1 millón de ruandeses tutsis y algunos hutus moderados, fueron masacrados en el genocidio de Ruanda.

Durante este período, más de 6 hombres, mujeres y niños fueron asesinados cada minuto. Esta increíble tasa de asesinatos se mantuvo durante más de 3 meses.

Junto con el intenso derramamiento de sangre, se cree que aproximadamente 250 mil mujeres fueron violadas durante los 100 días del genocidio (un recuento preciso es estas circunstancias es imposible) y aproximadamente el 30% de las mujeres que fueron violadas durante el genocidio fueron infectadas con VIH / SIDA .

En muchos casos, esto fue resultado de un uso sistemático y planificado de la violación por los hombres infectados por VIH como arma de terror y futuros genocidios.

Hubo 10 veces más viudas (mujeres) que viudos (hombres), casi 50 mil viudas, y hubo aproximadamente 75 mil niños que quedaron huérfanos como consecuencia del genocidio.

Las advertencias de la Santísima Virgen no eran sólo para África. Ella dijo a la vidente Marie-Clare Mukangango:

“Cuando digo esto, no me dirijo estrictamente a ti, hija, sino estoy haciendo este llamado al mundo. Hoy el hombre se vacía de las cosas de verdadero valor. Quienes cometen pecados continuamente lo están haciendo sin ningún tipo de apreciación de que lo que están haciendo está mal”.

Al igual que Segatashya, Marie-Clare Mukangango también murió durante el genocidio.

Ella dijo que la Virgen describió el mundo como

“desarrollando una rebelión contra Dios” 

y que el mundo

“está en el borde de la catástrofe”.

En otro mensaje a los videntes dijo:

“El mundo se apresura a su ruina, le hará caer en el abismo… El mundo está rebelde contra Dios, comete demasiados pecados, no tiene ni amor ni paz. Si ustedes no se arrepienten y no convierten sus corazones, caerán en el abismo“.

El Cielo advirtió sobre el sangriento genocidio ruandés si no cambiaban sus corazones.

Ello no lo hicieron y 12 años más tarde sufrieron horrores indescriptibles.

En Kibeho y en los últimos tiempos en otros lugares, Jesús y María nos han estado advirtiendo a todos nosotros que debemos cambiar nuestros corazones.

Tenemos que convertirnos y arrepentirnos de nuestros pecados, o nosotros también sufriremos horrores indescriptibles, como resultado y consecuencia de nuestros pecados y nuestros duros corazones.

¿Estamos escuchando?

¿Hemos aprendido de los trágicos acontecimientos de Ruanda?

Mira para atrás, enfócate en los últimos 30 años, ¿no han estado pasando los males que las profecías de la Virgen María y Jesús nos advirtieron?

¿Acaso la irrupción sanguinaria de los yihadistas no es parte de esta profecía?