La oración de hoy tiene que ser sobre
todo contemplativa, con todo lo que significa esta palabra: contemplar
no es quedarse con el pensamiento en blanco ni quedarse embobado ante
una imagen o una idea. Para el cristiano, “contemplar” quiere decir “ser
contemplado”; más que ver, es ser visto, ser tomado por Cristo Jesús,
ser atraído por Él. Por tanto, hoy se tratará de dejarse atraer por la
fuerza de la palabra de Jesús y dejarse iluminar por su luz cálida.
Orar no es huir de nuestros propios problemas ni desentendernos del mundo, sino «arrimarnos» a Dios llevando todo eso, sin negar toda su carga de multiplicidad y de discordancia.
La siguiente oración nos puede servir:
"Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Amén."
Orar no es huir de nuestros propios problemas ni desentendernos del mundo, sino «arrimarnos» a Dios llevando todo eso, sin negar toda su carga de multiplicidad y de discordancia.
La siguiente oración nos puede servir:
"Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Amén."
DIOS CON NOSOTROS
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