Pontificio para la Nueva Evangelización |
IDEAS, LOGO, LEMA, CALENDARIO, INTERNET
Intervención del arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización
En la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, que es como la carta
programática del pontificado del Papa Francisco, se encuentra una
expresión reveladora que ayuda a captar el sentido del Jubileo
extraordinario que fue convocado el pasado 11 de abril: “La Iglesia vive
un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber
experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva”
(EG 24). Es a partir de este deseo que es necesario releer la Bula de
convocación del Jubileo Misericordiae vultus con la que el Papa
Francisco ha comunicado los fines del Año Santo.
Apertura y clausura
Como ya es sabido, las dos fechas indicativas serán el 8 de
diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, en la que tendrá
lugar la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro y el 20
de noviembre de 2016, Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del
Universo, día en el que concluirá el Año Santo. En medio de estas dos
fechas se desarrollará un calendario de celebraciones con varios
eventos.
No será ni quiere ser una reedición del Gran Jubileo del Año 2000
Es bueno insistir desde ahora, para evitar malentendidos, que el
Jubileo de la Misericordia no es y no quiere ser el Grande Jubileo del
Año 2000. Cualquier comparación al respecto carece de sentido porque
cada Año santo tiene sus propias peculiaridades y finalidades. El Papa
desea que este Jubileo sea vivido tanto en Roma cono en la Iglesias
locales; este hecho implica una atención especial a la vida de las
Iglesias particulares y a sus exigencias, de manera que las iniciativas
propuestas buscan complementar y no sobreponerse a los calendario
locales. Además, por primera vez en la historia de los Jubileos se
ofrece la posibilidad de abrir la Puerta Santa –Puerta de la
Misericordia- también en cada una de las diócesis, especialmente en la
Catedral o en otra iglesia significativa, o en un Santuario que revista
una especial importancia para los fieles. Del mismo modo, es fácil
percibir en la Bula de convocación otras características que lo hacen
único. La evocación misma de la misericordia rompe ya los esquemas
tradicionales. Además, la historia de los Jubileos se caracteriza por
recurrir cada 25 y 50 años. Los dos Jubileos extraordinarios celebrados
hasta ahora han respetado la recurrencia del aniversario de la redención
realizada por Cristo (1933.1983).
Este será un jubileo temático
Este, en cambio, es un Jubileo temático que toma su fuerza del
contenido central de la fe y busca recordarle a la Iglesia la misión
prioritaria que tiene de ser signo y testimonio de la misericordia en
todos los aspectos de su vida pastoral. Pienso también en la llamada
hecha por el Papa Francesco al hebraísmo y al Islam a descubrir en el
tema de la misericordia la vía del diálogo y de la superación de las
dificultades por todos conocidas.
No se puede olvidar, finalmente, que otro aspecto original es dado
por los Misioneros de la Misericordia. El Papa Francisco les dará el
mandato el Miércoles de Ceniza durante la celebración en San Pedro. Los
Misioneros deberán ser sacerdotes pacientes, capaces de comprender los
límites de los hombres, pero listos para difundir, en la predicación y
en la confesión, el efluvio bondadoso del buen pastor. No quiero, sin
embargo, detenerme en cuestiones de carácter general para poder abordar
con mayor amplitud lo concerniente a la organización del Año Santo.
Logo y lema
Comencemos por el logo que constituye un compendio teológico de la
misericordia y del lema que lo acompaña. Con el lema, tomado de Lc 6,36,
Misericordiosos como el Padre se propone
vivir la misericordia siguiendo el ejemplo del Padre, que pide no juzgar
y no condenar, sino perdonar y amar sin medida (cfr. Lc 6,37-38).
El logo – obra del jesuita Marko I. Rupnik – se
presenta como un pequeño compendio teológico de la misericordia.
Muestra, en efecto, al Hijo que carga sobre sus hombros al hombre
extraviado, recuperando así una imagen muy apreciada en la Iglesia
antigua, ya que indicaba el amor de Cristo que lleva a término el
misterio de su encarnación con la redención. El dibujo se ha realizado
en modo tal de destacar el Buen Pastor que toca en profundidad la carne
del hombre, y lo hace con un amor capaz de cambiarle la vida. Además, es
inevitable notar un detalle particular: el Buen Pastor con extrema
misericordia carga sobre sí la humanidad, pero sus ojos se confunden con
los del hombre. Cristo ve con el ojo de Adán y este lo hace con el ojo
de Cristo. Así, cada hombre descubre en Cristo, nuevo Adán, la propia
humanidad y el futuro que lo espera, contemplando en su mirada el amor
del Padre. La escena se coloca dentro la mandorla que es también una
figura importante en la iconografía antigua y medieval por cuanto evoca
la copresencia de las dos naturaleza, divina y humana, en Cristo. Los
tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el
externo, sugieren el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera de la
noche del pecado y de la muerte. Por otra parte, la profundidad del
color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del
Padre que todo lo perdona.
El logo ha sido debidamente registrado ante los organismos
internacionales competentes para evitar cualquier uso inapropiado y
salvaguardar su propiedad. Es obvio que cualquier uso distinto al
puramente religioso deberá ser aprobado por el Pontificio Consejo y
cualquier abuso en este sentido será denunciado.
Calendario y su triple perspectiva
El Calendario de celebraciones hay que leerlo en una triple
perspectiva. Por una parte, hay eventos organizados que contemplan una
gran afluencia de fieles. Hemos querido dedicar el primer
acontecimiento, del 19 al 21 de enero, a todos los que sirven en los Santuarios y en el campo de las peregrinaciones.
Se trata de un signo que queremos dar para hacer comprender que el Año
Santo es una verdadera peregrinación y como tal debe ser vivido.
Pediremos a los peregrinos hacer un trecho a pie, como preparación para
pasar la puerta santa con fe y devoción. Es importante preparar a los
que operan en este sector para que vayan más allá de lo meramente
turístico; por esto será de gran ayuda que ellos sean los primeros en
hacerse peregrinos.
Hemos pensado que también es importante congregar los creyentes que
viven de manera especial la experiencia de la misericordia. Es por esto
que el 3 de abril habrá una celebración para todas aquellas realidades que se identifican con la espiritualidad de la misericordia (movimientos, asociaciones, institutos religiosos). A su vez, todo el mundo caritativo será llamado a unirse el 4 de septiembre.
El voluntariado es el signo concreto de quien vive las obras de
misericordia en sus diversas expresiones y merece una celebración
especial. De la misma manera, se ha pensado al mundo de la espiritualidad mariana que tendrá su jornada el 9 de octubre para celebrar la Madre de la Misericordia. No faltarán eventos dedicados especialmente a
los adolescentes que después de la Confirmación son llamados a profesar
la fe. Para ellos hemos pensado la fecha del 24 de abril,
habida cuenta que la JMJ de Cracovia, los días 26 a 31 de julio, está
destinada a los jóvenes y que no siempre es fácil encontrar un espacio
para los adolescentes en la pastoral.
Otro evento será para los diáconos que por vocación y
ministerio están llamados a presidir la caridad en la vida de la
comunidad cristiana. Para ellos el Jubileo será el 29 de mayo. En cambio, en el 160° aniversario de la Fiesta del Sagrado Corazón, el 3 de junio, se celebrará el Jubileo de los Sacerdotes. El 25 de septiembre será el Jubileo de los catequistas
quienes con su empeño por transmitir la fe sostienen la vida de las
comunidades cristianas, especialmente en nuestras parroquias.
El 12 de junio dirigiremos la llamada a todos los enfermos y a las personas diversamente hábiles y a cuantos los ayudan con amor y solicitud. El 6 de noviembre celebraremos el Jubileo para los reclusos,
que no sucederá solo en las cárceles, sino que estamos estudiando la
posibilidad para que algunos de ellos puedan tener la oportunidad de
celebrar su proprio Año Santo con el Papa Francisco en San Pedro.
Una segunda perspectiva estará dada por algunos signos que el Papa Francisco realizará en forma simbólica dirigiéndose a algunas “periferias” existenciales
para testimoniar de persona la cercanía y la atención a los pobres, a
los que sufren, a los marginados y a cuantos tienen necesidad de
ternura. Estos momentos tendrán un valor simbólico, pero pediremos a los
obispos y a los sacerdotes de realizar en sus propias diócesis el mismo
signo, en comunión con el Papa, para que a todos pueda llegar una
muestra concreta de la misericordia y del cuidado de la Iglesia. Como
signo concreto de la caridad del Papa, que perdurará como memoria de
este Jubileo, y para expresar la Misericordia con una ayuda concreta y
efectiva, se efectuará un gesto especial hacia alguna realidad
necesitada en el mundo.
Internet y redes sociales
El sitio web oficial del Jubileo ya ha sido publicado:
www.iubilaeummisericordiae.va, accesible también a través de la
dirección www.im.va. El sitio estará disponible en siete idiomas:
Italiano, inglés, español, portugués, francés, alemán y polaco. Allí se
podrá encontrar la información oficial sobre el calendario de los
principales eventos públicos, las indicaciones para participar en los
eventos con el Santo Padre y toda comunicación oficial relativa al
Jubileo. Mediante este instrumento, las Diócesis podrán recibir
información y sugerencias pastorales, inscribirse para dar a conocer su
intención de peregrinar y compartir las iniciativas diocesanas. El sitio
web está enlazado con los diversos social network (Facebook, Twitter,
Instagram, Google Plus e Flickr) para facilitar el conocimiento
inmediato de las iniciativas del Santo Padre y poder seguir en tiempo
real los eventos más importantes. Estamos estudiando también la
posibilidad de una aplicación (app) para integrar mejor la información.
Estamos convencidos que el tema de la Misericordia con el que el Papa
ha querido introducir a la Iglesia en el camino jubilar podrá ser un
momento de verdadera gracia para todos los cristianos y un renacimiento
para proseguir en el camino de la nueva evangelización y de la
conversión pastoral que el Papa Francisco nos ha indicado. Como él mismo
ha escrito: “En este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco de
la Palabra de Dios que resuena fuerte y decidida como palabra y gesto de
perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca se canse de ofrecer
misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar. La
Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confianza y sin
descanso: «Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son
eternos»” (MV 25).
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