PARA RECIBIR MISERICORDIA
EN MOMENTOS DIFÍCILES
Santa María Faustina Kowalska
Polonia (1905-1938)
Durante
su vida como religiosa
tuvo una serie de revelaciones sobre Jesús
tuvo una serie de revelaciones sobre Jesús
que
por mandato de El mismo y de sus confesores,
escribió
en un diario o libro místico titulado
“Diario,
la Divina Misericordia en mi alma”,
el diario recoge las palabras que santa
Faustina
escuchó
del Señor durante varios años,
y
en él se proclama la verdad revelada por la Sagrada Escritura
sobre
el amor misericordioso de Dios a cada persona.
"Oh Dios
Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de
compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y
aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles
no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran
confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y
la Misericordia Mismos. Amén"
(Diario, 950).
¡Oh Dios de
gran misericordia!,
Bondad infinita,
hoy toda la humanidad clama
desde el abismo de su miseria a Tu misericordia,
desde el abismo de su miseria a Tu misericordia,
a Tu compasión,
¡oh
Dios!,
y grita con la potente voz de la miseria.
Oh Dios
indulgente,
no rechaces la oración
de los desterrados de esta tierra.
Oh Señor,
Bondad
inconcebible,
que conoces perfectamente nuestra miseria
y sabes que por nuestras propias fuerzas
no podemos ascender hasta Ti,
te imploramos anticípanos tu gracia
y multiplica incesantemente
Tu
misericordia en nosotros,
para que cumplamos fielmente
Tu santa
voluntad
a lo largo de nuestras vidas
y en la hora de la muerte.
Que la
omnipotencia de Tu misericordia
nos proteja de las flechas
de los enemigos de nuestra salvación
para que con confianza,
como Tus hijos,
como Tus hijos,
esperemos Tu última venida,
ese día que conoces solo Tú.
Y a pesar de toda nuestra miseria,
esperamos recibir todo lo que Jesús nos ha
prometido,
porque Jesús es nuestra esperanza:
a través de Su Corazón misericordioso,
como a través de una puerta abierta,
entramos al cielo.
Pedir lo
que se quiere conseguir de la Misericordia Divina.
Rezar el Credo,
Padrenuestro y Gloria.
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