EL PROFETIZADO APOCALIPSIS, HAY SIGNOS EN LA NATURALEZA
No parece necesario seguir repitiendo que el clima está cambiando, es errático, giratorio, al igual que toda la naturaleza. Los eventos hablan por sí mismos.
Fuente: El supuesto verdadero tercer secreto de Fátima
Hay las tormentas y tempestades. Cambios de temperatura extremos, en
algunas partes, inundaciones que no se han visto en quinientos años.
Todo el mundo le echa la culpa a todo, pero no a la transgresión.
Las perturbaciones se producen en lo natural, así como en lo cultural, o sea en las sociedades y las construcciones de los hombres. Mira por ejemplo el accionar salvaje del Estado Islámico.
En las próximas semanas el Papa Francisco va a publicar una Encíclica sobre el Media Ambiente.
¿Tendrá
en cuenta que los muchos de los sucesos anómalos de la naturaleza
pueden tener una causa sobrenatural y no meramente física?
Juan Pablo II, como cardenal, durante una visita a Nueva
York, una vez lo llamó una batalla “apocalíptica” entre la luz y la
oscuridad.
Mientras tanto: incendios forestales, sequías, riguroso tiempo de invierno, deslaves, etc.
¿Es así como muchas cosas van a ocurrir?
Cualquiera que sea la interpretación de la evidencia, hay un sorprendente
consenso acerca de lo que está por venir entre los que tienen un
encuentro con la muerte y las profecías de mensajes de la Virgen María:
terremotos generalizados y actividad volcánica, un cambio de polos,
patrones climáticos erráticos, sequía y escasez de alimentos, colapso de
la económica, desintegración social, enfermedades de origen
desconocido, y posiblemente catástrofe nuclear u holocausto natural.
Estas calamidades son vistas como el
resultado inevitable y el reflejo de una flagrante y universal violación
de las leyes naturales y espirituales; una necesaria reorganización y
depuración traerá un nuevo sentido de unidad y cooperación.
La gravedad de los desastres se dice que dependerán de la
medida en que los seres humanos trabajen para adquirir las cualidades de
amor incondicional y los valores espirituales.
Porque estamos fuera de la conformidad (mucho) con lo que Dios manda. Y hay mucho de pecado en esa falta de conformidad. Temas como la guerra, el aborto, y la modificación de la creación.
Hay un gran problema en el ámbito de la genética, en el cambio de la naturaleza y de los seres humanos.
Importante pasos se observan hacia un nuevo orden mundial. También
percibimos la marcha hacia una única política. Las corporaciones
globales allanan el camino, y en la búsqueda de negocios y ganancias,
queda muy poco de lo que es natural. Mira por ejemplo el desplazamiento
de los productos naturales por los cultivos genéticamente modificados,
que comenzando con fuerza en EE.UU. se están esparciendo por todo el
mundo.
Es el mal que está perturbando lo que Dios creó.
Prácticamente todos los medios de comunicación seculares han notado la
agitación incontrovertible en la naturaleza, pero muy pocos analizan por
qué se rebela.
El cambio está en marcha. Lento pero seguro. Dios debe ser alabado.
Algo de eso parece reflejarse en una supuesta profecía de las famosas
apariciones de la Santísima Virgen en La Salette, Francia, en 1846,
donde se afirmó en una parte de los mensajes que
“la naturaleza pide venganza de los hombres, y se estremece de miedo,
a la espera de lo que debe suceder a la tierra manchada de crimen.
Tiembla la tierra, y ustedes que profesan servir a Jesucristo,
interiormente se adoran a vosotros mismos, tiemblen; porque Dios los
entregará a Su enemigo , porque los lugares santos están en un estado de
corrupción, muchos conventos ya no son más casas de Dios, sino pasturas
para Asmodeo y los suyos … Las estaciones serán cambiadas, la
tierra producirá sólo malos frutos, los astros perderán la regularidad
de sus movimientos, la luna sólo reflejará una débil luz rojiza, el agua
y el fuego harán movimientos convulsivos en la esfera de la Tierra,
causando que montañas, ciudades, etc., sean tragados”.
Todo esto es interesante a la luz de las recientes afirmaciones de
que en enero de 1944 la Hermana Lucía dos Santos, vidente de Fátima,
mientras estaba delante del tabernáculo en la capilla del convento
(implorando a Dios por iluminación a Su Voluntad, para escribir el
“tercer secreto”) dijo,
“Sentí mi espíritu inundado por un misterio lleno de luz que es Dios y en Él he
visto y oído: la punta de un lanza-llamas que se desprende, toca el eje
de la tierra y [la tierra] se sacude: montañas, ciudades, pueblos y
aldeas con sus habitantes están enterrados. El mar, los ríos y las nubes
están fuera de sus límites, se desbordan, las inundaciones arrastran
con ellas, en un remolino, casas y personas en un número que no puede
ser contado; es la purificación del mundo del pecado en que está
inmerso.
El odio, la ambición, provocan
guerras detructivas. Después sentí el aumento de latidos de mi corazón y
en mi espíritu una voz tranquila, que dijo: ‘en el tiempo, una sola fe,
un solo bautismo, una sola Iglesia, Santa, Católica, Apostólica. El
cielo en la eternidad’. Esta palabra, ‘cielo’, llenó mi corazón de paz y
felicidad, tanto es así que, casi sin darme cuenta, seguí repitiendo
por algún tiempo: el Cielo, el Cielo”.
Esto supuestamente proviene de un diario aludido por sus hermanas en una publicación oficial del Carmelo de Coimbra.
A pesar de que siempre habíamos asumido que la imagen del tercer
secreto – de un ángel dispuesto a incendiar el mundo – tenía que ver con
un posible conflicto nuclear (porque involucraba fuego, y Fátima se
centraba en la amenaza de Rusia), o un cometa, esta entrada de su
diario, si es válida, nos hace pensar en términos geológicos.
Y sigue en las apariciones – igualmente aprobadas – en Kibeho,
Rwanda, donde una de las videntes, Anathalie Mukamazimpaka, dijo que
tuvo una visión de un evento en el que,
“vi
montañas chocar entre sí, piedras saliendo de la tierra, casi como si
estuvieran enojadas. Vi tormentas chocando unas contra otras y fuego
viniendo de ellas. Yo no sé lo que esto significa. Me dijeron que la
gente está causando esto y que está llegando”.
Es muy interesante en este momento de “rumores o retumbos”. Nadie
está diciendo que esto es el “rapto” o el “fin del mundo”. Estamos
hablando de la purificación, como se les dijo a los videntes.
La tierra: ¿se empieza a convulsionar? ¿Alguna vez te has dado cuenta
de esas nubes como con cara de enojadas? ¿Y los retumbos, la mortandad
de peces y los virajes climáticos?
Un día, nos daremos cuenta de un componente más profundo en la naturaleza.
ORACIÓN MUCHA ORACIÓN HERMANIT@S
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