El ataque más insidioso de las feministas
antivida contra la Iglesia Católica y sus enseñanzas, es el que ha
lanzado la organización “Católicas por el Derecho a Decidir” o CFFC
(“Catholics for a Free Choice”). Por más de dos décadas, la CFFC ha
luchado por subvertir a la Iglesia y las doctrinas católicas. Sus
objetivos principales son promover el aborto y sembrar cizaña y
discordia entre los católicos, con la estrategia de “divide y vencerás”. La CFFC también fomenta la anticoncepción, la esterilización, el lesbianismo, la homosexualidad, el feminismo radical y las doctrinas de la New Age (la llamada Nueva Era) dentro de la Iglesia Católica y en todo el mundo. Este documento
demuestra lo que realmente es la CFFC: una organización anticatólica,
antivida, antifamilia y antifemenina, que se las da de católica y de
trabajar en pro de la mujer.
En el año 2000, un medio brasileño publicó un
artículo con ocasión del Día Internacional de Lucha contra el SIDA titulado
"Doctrina católica sobre la fidelidad favorece epidemia, afirma
teóloga", en el que una supuesta "experta católica" critica a la
Iglesia por promover la castidad. La "experta" en cuestión era Yury
Puello Orozco, representante del polémico grupo feminista y abortista
"Católicas por el Derecho a Decidir" en Brasil.
Que un grupo de mujeres que se proclaman católicas
cuestionen una enseñanza tan fundamentada de la Iglesia, llamó la atención de
Jerson Lourenço Flores Garcia, representante del Movimiento en Defensa de la
Vida (MDV). Por ello, Flores no dudó en revelar la naturaleza nada católica de
las CDD y a qué se dedican.
Además de señalar que se trata de una organización
abortista estadounidense y que su objetivo principal es eliminar al mayor
opositor del mundo contra el aborto, la Iglesia Católica, Flores recuerda en
una nota aclaratoria que las CDD se esfuerzan por convencer a católicos y no
católicos de que el aborto es una alternativa éticamente válida para las
mujeres católicas, "despreciando y ridiculizando las enseñanzas
fundamentales de la Iglesia, promoviendo agresivamente la anticoncepción y el
aborto".
Flores describe uno de los documentos más
característicos del grupo titulado "Mujer... Cuerpo... Deseos...
Derechos... Vida, Mucha Vida", de la autora Carolina Teles Lemos.
En tal publicación hay sorprendentes
interpretaciones de pasajes bíblicos con frecuencia citados por los católicos
para hablar del amor conyugal y de la familia, como Cantar de los Cantares4,
1-15, un fragmento de un apasionado discurso del Rey Salomón a su esposa. Según
la autora, la cita bien podría referirse a los elogios de un enamorado a su
enamorada y no "reducirse" al matrimonio.
Asimismo, Teles sostiene que cuando Cristo dice que
debemos buscar la "vida en abundancia", quiere decir que no le
"gustaría que un bebé nazca con deficiencias ni quelas mujeres los tengan
en momentos difíciles de su vida", es decir que sólo los "humanos
perfectos" o los concebidos en "determinados momentos" tienen
derecho a vivir.
En otra parte de la publicación, Teles se refiere
al pasaje de la Anunciación. "Cuando el Ángel se apareció a María y le
preguntó si quería ser la madre de Dios, ella pensó mucho primero, para después
decir que sí. Si Dios da a María la oportunidad de decidir, tenemos que
acreditar que a nosotros nos dará la misma chance, ¿no creen?", cuestiona
Teles.
Según Flores, la intención de esta falacia es
convencer al lector "de que la voluntad humana debe imponerse a la
voluntad de Dios".
Sin embargo, el pro-vida parece no sorprenderse con
estos argumentos, considerando la historia del grupo fundado por Frances
Kissling, una mujer que vivió algún tiempo en un convento de las Hermanas de
San José (EE.UU.) y al abandonarlo dirigió una clínica de abortos en Nueva
York.
Las CDD financian sus actividades con millones de
dólares recibidos de grupos estadounidenses abiertamente anti-vida como la
Fundación Ford.
En América Latina su agenda es clara:
- Apoyar el disenso católico en el tema del aborto y los anticonceptivos
- Proporcionar a los católicos una "alternativa racional" a la doctrina de la Iglesia
"Educar" sobre los
derechos de salud reproductiva (aborto y anticoncepción sistemática) en América
Latina.
- Según Flores, las CDD no son católicas porque "pervierten el sentido de la libertad humana. Al interpretar los crímenes contra la vida como legítimas expresiones de la libertad individual, exigiendo o reconociendo legalmente el derecho de matar, se subvierte la base de los derechos humanos y se niega el derecho a la vida".
¿Católicos y abortistas?
El Padre Luiz Carlos Lodi da Cruz, encargado de uno
de los apostolados pro-vida más exitoso de Anápolis, precisa por su parte que
es imposible que los católicos apoyen el aborto, de lo que se deduce que las
CDD son falsas católicas.
Según el Padre Lodi, cuando los católicos se
sienten confundidos por las argumentaciones a favor del aborto, simplemente
deben recurrir a documentos eclesiales como la encíclica de Juan Pablo II,
Evangelium Vitae, para constatar que las enseñanzas de la Iglesia van de la
mano con la moral y el aborto siempre será algo malo por implicar la muerte
deliberada de un ser humano inocente.
El Padre Lodi sostiene que no se puede matar a un
bebé ni siquiera para salvar la vida de la madre porque ambas son vidas humanas
independientes. Si teóricamente se da el caso, nada se puede hacer y nunca es
lícito "hacer el mal para que de ahí provenga el bien".
Tanto la vida de la madre como la del niño son
absolutamente iguales, agrega el sacerdote y precisa que ambos son "seres
humanos criados a imagen y semejanza de Dios, poseedores de un alma inmortal y
de un destino sobrenatural".
El Padre Lodi indica que el aborto tampoco es
"lícito en casos de violación porque la repugnancia contra el crimen nunca
podrá convertirse en repugnancia contra un inocente concebido. La vida siempre
es un don de Dios, aún cuando surge en circunstancias pecaminosas".
DIOS NOS PROTEJA
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