Sal. 130 (129)
Tu pueblo, Señor, espera en ti, la Iglesia espera en tu palabra;
nuestras culpas nos han hundido en el abismo, pero de ti viene la
misericordia, y la redención copiosa; devuélvenos, pues, en este domingo
que ahora empezamos, la alegría de tu salvación y haznos oír el gozo y
la alegría. Te lo pedimos, Padre, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Señor Dios de poder y de bondad, que nos has dado la redención copiosa, enviándonos a Jesús, para que salvara al pueblo de los pecados; no nos abandones ahora en lo hondo de nuestra miseria, que tus oídos estén atentos a la voz de nuestra súplica, para que no quede defraudada nuestra esperanza de que tú redimirás a Israel de todos sus delitos. Te lo pedimos, Padre, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Señor Dios de poder y de bondad, que nos has dado la redención copiosa, enviándonos a Jesús, para que salvara al pueblo de los pecados; no nos abandones ahora en lo hondo de nuestra miseria, que tus oídos estén atentos a la voz de nuestra súplica, para que no quede defraudada nuestra esperanza de que tú redimirás a Israel de todos sus delitos. Te lo pedimos, Padre, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
[Pedro Farnés]
[Pedro Farnés]
Desde lo hondo a ti grito, señor
Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa; y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa; y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
DIOS CON NOSOTROS
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