En la sala capitular del Monasterio de Santa María de la Victoria, en
Batalha (Portugal), una guardia de honor custodia el Cristo das
Trincheiras [Cristo de las Trincheras]: con las dos piernas cortadas, un
orificio en el pecho y sin una mano, preside el monumento al soldado
desconocido. Ese crucifijo es el que acompañaba a los 7500 militares
portugueses que cayeron el 9 de abril de 1918 en la batalla de
Neuve-Chapelle (Bélgica) durante la Primera Guerra Mundial.
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