viernes, 9 de mayo de 2014

"SERÍA 12 MESES DESPUÉS DEL AVISO"

EL MILAGRO CONSOLIDARÁ EL AVISO ANTES DE LA INTERVENCIÓN DIVINA EN LA TIERRA 
Según las videntes de Garabandal, luego del Aviso con que se iniciará la intervención divina decisiva en la Tierra, vendrá lo que llaman el Milagro, que ocurrirá en los pinos de Garabandal y se podrá observar a gran distancia. Algunas personas se curarán y otras recobrarán la fe. El milagro será anunciado con ocho días de antelación, y estará de alguna forma relacionado con la Eucaristía. Este Milagro dejará una señal visible en los Pinos de Garabandal, que quedará hasta el fin del mundo. En Medjugorje se profetiza algo parecido.  “parecería que hay un cierto consenso que llegará al mundo una tribulación y las dos apariciones con más reconocimiento popular hoy (Medjugorje y Garabandal), hablan de que antes se producirá un aviso y un milagro, y que será durante la vida de sus videntes, o sea en el trascurso de los próximos 20 años”. 
S.deT.
 

De acuerdo a lo que han manifestado las videntes de Garabandal a través de los años, se puede inferir lo siguiente sobre las características del Milagro:
  • Será un milagro muy grande, mayor que el de Fátima, tan grande y espectacular como el mundo necesita.
  • Se producirá en un intervalo máximo de doce (12) meses a partir del Aviso.
  • Conchita sabe la fecha exacta y deberá avisar con 8 días de antelación.
  • Será visible en Garabandal y desde los montes circundantes.
  • Coincidirá con un acontecimiento de la Iglesia poco usual, que no ha tenido lugar durante la vida de Conchita.
  • Ocurrirá un jueves, a las 8:30 p.m., entre el 8 y El 16 de marzo, abril o mayo del año que este destinado, y coincidirá con la fiesta de un Santo Mártir de la Eucaristía.
  • Durará entre diez minutos y un cuarto de hora.
  • No será preciso que los videntes estén presentes durante el acontecimiento.
  • Los enfermos que estén presentes serán curados y los incrédulos recobrarán la fe. El P. Pío y el Papa lo verán desde donde estén.
  • No habrá la menor duda que el acontecimiento es obra de Dios para nuestra salvación. El milagro es tan impresionante, que moriríamos de felicidad sino se nos concediese una gracia especial al verlo.

Al Padre Luis María Andreu se le concedió la gracia de ver el milagro y murió a las pocas horas invadido de una inmensa felicidad.

Como consecuencia del Gran Milagro, quedará una señal visible hasta el Fin del Mundo en los Pinos de Garabandal. Podrá filmarse y fotografiarse, pero no será tangible. Será un testimonio permanente, de lo que allí obró la Gracia y la Misericordia de Dios para salvar al mundo.

Las videntes han dado información de que el milagro sería entre el 8 y el 16 de marzo, abril o mayo del año en que este destinado, y coincidirá con la fiesta de un Santo Mártir de la Eucaristía.

Esto ha sido analizado detenidamente por algunas personas buscando los santos que cumplen con los requisitos del Milagro de Garabandal (son santos mártires de la Eucaristía, y las fiestas se celebran entre el 8 y el 16 de Marzo, Abril o Mayo):

SAN ESTANISLAO

Nació cerca de Cracovia, Polonia, en el año 1030. Sus padres llevaban treinta años de casados sin lograr tener hijos y consideraron el nacimiento de Estanislao como un verdadero regalo de Dios. Lo educaron lo más piadosamente que pudieron.
Estudió en Polonia y en París, y una vez ordenado Sacerdote por el Obispo de Cracovia (que es la segunda ciudad de Polonia), le nombraron párroco de la catedral. Se distinguió por su gran elocuencia, por el impresionante ejemplo de vida santa que brindaba a todos con su buen comportamiento, y por la reforma de costumbres que lograba conseguir con sus predicaciones y con su dirección espiritual.

El señor Obispo deseaba que Estanislao fuera su sucesor, pero él no aceptaba ser Obispo porque se creía indigno de tan alta dignidad. Sin embargo, al morir el prelado, el pueblo lo aclamó como el más digno para asumir su puesto. Ejerció el obispado por siete años, desde el año 1072, hasta el año de su muerte, 1079.

Era muy estricto en exigir a cada Sacerdote el cumplimento exacto de sus deberes sacerdotales. Visitaba cada año a todas las parroquias y dedicaba mucho tiempo a la predicación y a la instrucción del pueblo. Su palacio episcopal vivía lleno de pobres, porque jamás negaba ayudas a los necesitados. Tenía una lista de las familias que estaban pasando por situaciones económicas más penosas, para enviarles sus generosas ayudas.

El rey de Polonia, Boleslao, era un valiente guerrero pero se dejaba dominar por sus bajas pasiones. Al principio se entendía muy bien con el obispo Estanislao, pero luego empezó a cometer faltas muy graves que escandalizaban y daban muy mal ejemplo al pueblo. El obispo tuvo que intervenir fuertemente en esta situación. San Estanislao recordaba muy bien aquel mandato de San Pablo: “Es necesario reprender, aconsejar y hasta amenazar, con toda paciencia y doctrina, porque llega el tiempo en que los hombres arrastrados por sus propias pasiones ya no quieren oír las doctrinas verdaderas, sino las falsedades” (2 Tim 4, 2).

Como San Juan Bautista con respecto a Herodes, el valiente Obispo de Cracovia, levantó la voz, amonestando al poderoso soberano sobre el deber de respetar los derechos ajenos. En efecto, las crónicas del tiempo narran que el rey se enamoró de la bella Cristina, esposa de Miecislao, y sin pensarlo dos veces, la hizo raptar con grave escándalo para todo el país.

Consecuentemente, Estanislao le amenazó con la excomunión, y después le excomulgó. Entonces el rey Boleslao se enfureció y ordenó asesinar a Estanislao en Cracovia, en la iglesia de santa Matilde, durante la celebración de la Santa Misa. Cuentan que el horrible asesinato lo tuvo que realizar el mismo soberano, ya que los guardias a quienes él envió, se vieron obligados a retirarse por una fuerza misteriosa. Desde el mismo día de su martirio, los polacos comenzaron a venerarlo. San Estanislao fue canonizado el 17 de agosto de 1253, en la basílica de San Francisco de Asís, y desde entonces se difundió su culto en toda Europa y América.

Juan Pablo II fue obispo de Cracovia y como tal, sucesor de San Estanislao.

Su fiesta es el 11 de abril, y caerá en jueves los años 2019, 2024, 2030.

SAN HERMENEGILDO 

Hermenegildo y su hermano, Recaredo, eran hijos de Leovigildo, rey de los visigodos de España, y de su primera esposa, Teodosia. Su padre los educó en la herejía arriana. Sin embargo, Hermenegildo se casó con una católica, quien con su ejemplo y oraciones, logró convertir al futuro mártir. Su padre al enterarse de esto, se enfureció y lo desheredó, y tomó prisioneros a su esposa e hijo. Sin embargo, luego de un año hicieron las paces. Tiempo después, la segunda esposa de Leovigildo empezó a despertar nuevas sospechas contra Hermenegildo, que fue encarcelado en Tarragona acusado de herejía; se le ofrecía la libertad a condición de que se retractase.

El mártir pidió fervorosamente a Dios que le fortaleciese en su combate por la fe, añadió mortificaciones voluntarias a sus sufrimientos y se vistió con un saco, como los penitentes. Al negarse a recibir la comunión de manos de un obispo arriano, su padre lo mandó matar. Hermenegildo recibió la noticia con gran resignación y murió instantáneamente de un solo golpe de mazo. San Gregorio el Grande atribuye a los méritos de San Hermenegildo la conversión de su hermano Recaredo y de toda la España visigótica.

Su fiesta es el 11 de abril, y caerá en jueves los años 2017, 2023, 2028.

SAN PANCRACIO 

San Pancracio era un joven romano que fue martirizado a los 14 años, por declarase creyente y partidario de Nuestro Señor Jesucristo.

Dicen que su padre murió martirizado y que la mamá recogió en unos algodones un poco de la sangre del mártir y la guardó en un relicario de oro, y le dijo al niño: “Este relicario lo llevarás colgado al cuello, cuando demuestres que eres tan valiente como lo fue tu padre”.

Un día Pancracio volvió de la escuela muy golpeado pero muy contento. La mamá le preguntó la causa de aquellas heridas y de la alegría que mostraba, y el jovencito le respondió: “Es que en la escuela me declaré seguidor de Jesucristo y todos esos paganos me golpearon para que abandonara mi religión. Pero yo deseo que de mí se pueda decir lo que el Libro Santo afirma de los apóstoles: “En su corazón había una gran alegría, por haber podido sufrir humillaciones por amor a Jesucristo”. (Hch. 6, 41).

Al oír esto la buena mamá tomó en sus manos el relicario con la sangre del padre martirizado, y colgándolo al cuello de su hijo exclamó emocionada: “Muy bien: ya eres digno seguidor de tu valiente padre”.

Como Pancracio continuaba afirmando que él creía en la divinidad de Cristo y que deseaba ser siempre su seguidor y amigo, las autoridades paganas lo llevaron a la cárcel y lo condenaron y decretaron pena de muerte contra él. Cuando lo llevaban hacia el sitio de su martirio (en la vía Aurelia, a dos kilómetros de Roma) varios enviados del gobierno llegaron a ofrecerle grandes premios y muchas ayudas para el futuro si dejaba de decir que Cristo es Dios. El valiente joven proclamó con toda la valentía que él quería ser creyente en Cristo hasta el último momento de su vida. Entonces para obligarlo a desistir de sus creencias, empezaron a azotarlo ferozmente mientras lo llevaban hacia el lugar donde lo iban a martirizar, pero mientras más lo azotaban, más fuertemente proclamaba él que Jesús es el Redentor del mundo. Varias personas al contemplar este maravilloso ejemplo de valentía se convirtieron al cristianismo.

Al llegar al sitio determinado, Pancracio dio las gracias a los verdugos por que le permitían ir tan pronto a encontrarse con Nuestro Señor Jesucristo, en el Cielo, e invitó a todos los allí presentes a creer siempre en Jesucristo a pesar de todas las contrariedades y de todos los peligros. De muy buena voluntad se arrodilló y colocó su cabeza en el sitio donde iba a recibir el hachazo del verdugo y más parecía sentirse contento que temeroso al ofrecer su sangre y su vida por proclamar su fidelidad a la verdadera religión.

En Roma se levantó un templo en honor de San Pancracio y por durante muchos siglos, las personas han ido a venerar y admirar en ese templo, el glorioso ejemplo de un valeroso muchacho de 14 años, que supo ofrecer su sangre y su vida por demostrar su fe en Dios y su amor por Jesucristo.

Su fiesta es el 11 de abril, y caerá en jueves los años 2016, 2022, 2033.

Dios con todos vosotros...


 

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