jueves, 24 de diciembre de 2009

HOY 24 DE DICIEMBRE DE 2009


 
“Los cristianos estamos obligados a utilizar
 los mejores medios de comunicación a nuestro alcance en cada época
para difundir el Evangelio de Cristo”
 
Juan Pablo II

 



 
 
 

Año 4 - Número 0942 ~ Jueves 24 de Diciembre de 2009 ~ Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
 

 
Hola !!!
Te damos gracias, Padre, porque Jesucristo, tu Hijo, aquel que esperaron los profetas, aquel que Juan Bautista proclamó ya próximo, aquel que la Virgen llevó en su seno con amor de Madre, viene ahora entre nosotros para plantar en nuestro mundo vida y esperanza.
Enséñanos, Padre, a preparar sus caminos; enséñanos a reconocerlo en cada persona y en cada acontecimiento, y especialmente en los pobres, enséñanos a encontrarlo cercano a nosotros, dentro de nosotros, en la oración confiada.
A ti, Padre, levantamos nuestro corazón: transfórmanos, renuévanos, haz brillar tu rostro sobre nosotros. Danos, Padre, tu amor, a nosotros y al mundo entero.
 
Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro hermano que viene en medio de nosotros. Amén.




 


La Palabra de Dios : Evangelio del día
 
 
En aquel tiempo, Zacarías, el padre de Juan, quedó lleno de Espíritu Santo, y profetizó diciendo: «Bendito el Señor Dios de Israel porque ha visitado y redimido a su pueblo y nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo, como había prometido desde tiempos antiguos, por boca de sus santos profetas, que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odiaban haciendo misericordia a nuestros padres y recordando su santa alianza y el juramento que juró a Abraham nuestro padre, de concedernos que, libres de manos enemigas, podamos servirle sin temor en santidad y justicia delante de Él todos nuestros días. Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor para preparar sus caminos y dar a su pueblo conocimiento de salvación por el perdón de sus pecados, por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos visite una Luz de la altura, a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte y guiar nuestros pasos por el camino de la paz». 
(Lucas 1, 67-79)
 
Comentario
 
Hoy, el Evangelio recoge el canto de alabanza de Zacarías después del nacimiento de su hijo. En su primera parte, el padre de Juan da gracias a Dios, y en la segunda sus ojos miran hacia el futuro. Todo él rezuma alegría y esperanza al reconocer la acción salvadora de Dios con Israel, que culmina en la venida del mismo Dios encarnado, preparada por el hijo de Zacarías.
Ya sabemos que Zacarías había sido castigado por Dios a causa de su incredulidad. Pero ahora, cuando la acción divina es del todo manifiesta en su propia carne —pues recupera el habla— exclama aquello que hasta entonces no podía decir si no era con el corazón; y bien cierto que lo decía: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel...» (Lc 1,68). ¡Cuántas veces vemos oscuras las cosas, negativas, de manera pesimista! Si tuviésemos la visión sobrenatural de los hechos que muestra Zacarías en el Canto del Benedictus, viviríamos con alegría y esperanza de una manera estable.
«El Señor ya está cerca; el Señor ya está aquí». El padre del precursor es consciente de que la venida del Mesías es, sobre todo, luz. Una luz que ilumina a los que viven en la oscuridad, bajo las sombras de la muerte, es decir, ¡a nosotros! ¡Ojalá que nos demos cuenta con plena conciencia de que el Niño Jesús viene a iluminar nuestras vidas, viene a guiarnos, a señalarnos por dónde hemos de andar...! ¡Ojalá que nos dejáramos guiar por sus ilusiones, por aquellas esperanzas que pone en nosotros!
Jesús es el “Señor” (cf. Lc 1,68.76), pero también es el “Salvador” (cf. Lc 1,69). Estas dos confesiones (atribuciones) que Zacarías hace a Dios, tan cercanas a la noche de la Navidad, siempre me han sorprendido, porque son precisamente las mismas que el Ángel del Señor asignará a Jesús en su anuncio a los pastores y que podremos escuchar con emoción esta misma noche en la Misa de Nochebuena. ¡Y es que quien nace es Dios!
 
Rev. D. Ignasi FABREGAT i Torrents (Terrassa, Barcelona, España)

Pensamiento
 
 
¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia,
le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar!

 
Charles Dickens




 

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