martes, 16 de septiembre de 2014

AL FILÓSOFO O AL PADRE

La apostasía y la interpretación ortodoxa del mensaje bíblico están mezcladas en el cristianismo hoy, entre los laicos y en los púlpitos, pero lamentablemente tenemos pocos conocimientos para poder separar una cosa de la otra, porque ambos usan un lenguaje adorador de Jesús. Pero algunas cosas quedarán más claras si entramos a exponer lo que es el ateísmo cristiano (o cristianismo ateo) y su primo cercano, la teología moderna liberal.  
A primera vista, el término “ateísmo cristiano” parece una tontería. ¿Cómo es que simultáneamente puede existir tal creencia cristiana y atea al mismo tiempo? Pero no, es una corriente establecida. El ateísmo cristiano es una ideología que rechaza a Dios, pero sigue las enseñanzas de Jesús. Su idea es que las historias de Jesús están relacionadas con la vida moderna, pero no deben ser tomadas literalmente, mientras que Dios es solamente un símbolo.
Fuente: Ascending Mount Carmel


El ateísmo cristiano es un fenómeno relativamente reciente, visto sobre todo en el trabajo de teólogos como Paul van Buren y Thomas J.J. Altizer.

Pero es la lógica del callejón sin salida de un poco más de un siglo de modernismo y de teología liberal que ha despojado al mensaje del cristianismo de cualquier significado fuera de sentimientos personales.

Esencialmente, dice que el Dios del cristianismo nunca fue, o en realidad está “muerto”; la edad moderna es incompatible con la tradicional creencia cristiana ortodoxa; y que Jesucristo era poco más que un maestro moral ejemplar.

Hay unos conceptos básicos comunes a quienes le siguen, Thomas Ogletree, profesor de Teología Constructiva del Chicago Theological Seminary, lista cuatro:
  • Inexistencia de la idea de Dios en nuestro tiempo. Esto incluye el entendimiento de Dios parte de la teología cristian atradicional.
  • Formar parte de la cultura contemporánea es una característica necesaria de cualquier trabajo teológico responsable.
  • Existe, en varios grados y formas, una alienación de la iglesia con la sociedad tal como está ahora constituida.
  • El reconocimiento de la centralidad de la persona de Jesús en la reflexión teológica.

Este tipo de pensamiento puede encontrarse, al menos en forma de semilla, en la Biblia de Jefferson por ejemplo (en la cual Thomas Jefferson mutiló los evangelios al omitir y cortar todos los eventos sobrenaturales, milagros, etc..).

La idea de Jesús como simplemente un maestro moral puede ser encontrada también, por ejemplo, en los escritos espirituales de Leon Tolstoy, y algunas de las semillas del ateísmo cristiano pueden encontrarse latente en las escrituras difíciles de Paul Tillich, un prominente teólogo protestante del siglo XX.

Como el ateísmo, el ateísmo cristiano afirma que Dios no existe, pero más que eso, afirma que Dios está en realidad muerto y es totalmente irrelevante en la era moderna en la que vivimos ahora.

Según a Paul van Buren, un teólogo de la “Muerte de Dios”, la palabra Dios en sí misma es “engañosa o sin sentido”. El autor sostiene que es imposible pensar en Dios. Van Buren, dice que:
“No podemos identificar nada a favor o en contra que pueda verificar las afirmaciones concernientes a Dios”.

La mayoría de los cristianos ateístas creen que Dios nunca existió, pero hay algunos que creen que Dios ha muerto literalmente.

Thomas J. J. Altizer es un reconocido cristiano ateísta debido a su enfoque literal sobre la muerte de Dios. A menudo habla de la muerte de Dios como un evento de redención. En su libro “El Evangelio del Ateísmo Cristiano” habla de que:
“actualmente todo hombre que esté abierto a la experiencia sabe que Dios está ausente, pero sólo el Cristiano sabe que Dios está muerto, que la muerte de Dios es un final y un evento irrevocable y que la muerte de Dios ha actualizado en nuestra historia una humanidad nueva y liberada”.

Lo que es alarmante es que los paralelos entre el ateísmo cristiano y la teología liberal modernista son increíblemente similares – Jesús es “el Cristo” sólo en el sentido de ser ejemplar, un gran maestro moral, pero aún al final, simplemente un hombre que alcanzó las alturas de lo que estamos llamados a vivir en nuestras vidas. Él es un maestro y poco más.

Ahora compare esto a cómo a menudo escuchamos hablar acerca de Jesús hoy, dentro y fuera de la iglesia – a menudo, su divinidad es restada al punto en donde uno olvida que Jesús es Dios.

El ateísmo cristiano simplemente toma las corrientes de pensamiento de la teología liberal y las arrastra a sus conclusiones lógicas: si Cristo era sólo un hombre ejemplar que fue mitificado por los primeros cristianos como un “gran, ser celestial pre-existente quien se convirtió en hombre” (Rudolf Bultmann), si él alguna vez existió, entonces el mensaje de la Cruz es nulo como lo hemos entendido en el sentido ortodoxo. Dios entonces se dice que no existe, o incluso más, extrañamente, que en realidad ha muerto.

Por lo tanto, el mensaje del cristianismo, de Cristo, debe ser mirado en una forma radicalmente nueva. Aquí es donde los cristianos ateos, al parecer toman las palabras famosas de Nietzsche sobre la muerte de Dios literalmente.

Para su crédito, sin embargo, el ateísmo cristiano es una posición mucho más honesta que si uno simplemente acepta algunos de los pensamientos seudo-cristianos, que son un poco más que vacío e indescriptible panteísmo vinculado con sentimientos.

Tan paradójico como el término “ateísmo cristiano” puede ser, al menos tiene la honestidad de tomar una posición firme fuera de los límites de la ortodoxia cristiana, más que gran parte de la teología modernista que aparentemente no puede decidir donde está parada en absoluto y aún así se disfraza de ser ortodoxa detrás de una pared de oscuridades académicas.

Uno sólo necesita ser testigo de las palabras de estos teólogos modernistas como Edward Schillebeeckx, quien declara que “en el hombre Jesús la revelación de lo divino y la revelación de la verdad, buena y feliz para los hombres y mujeres… coinciden completamente en una misma persona”. Si uno sólo se alimenta con las fuerzas centrales impulsoras detrás de pensamiento modernista, sinceramente no se ve cómo alguien podría llegar a una posición mucho mejor.

Por esta razón la enseñanza y la creencia de la ortodoxia cristiana es tan importante. Los padres estaban preocupados no en “encontrar” al “Jesús histórico” – los apóstoles lo conocían, los primeros padres lo conocían por los apóstoles, y así sucesivamente a partir de ahí – por eso la importancia de la tradición, algo a menudo totalmente ignorado por el cristianismo moderno, como si nunca hubiese existido.

Si somos indiferentes de la viva tradición de la iglesia, si el único criterio utilizado para investigar la fe del cristianismo es el deliberado escepticismo, críticismo y un deseo constante de hacer a una fe antigua y fuera de tiempo supuestamente “pertinente” a nuestra edad particular, si todo lo que la teología liberal popular – inexplicablemente bien conocida de hoy – puede decirnos es que Jesús era simplemente un hombre exaltado, que era muy agradable y nos enseñó a ser agradables a los demás, entonces no es de extrañar tal cosa como el ateísmo cristiano exista.



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