El Arcángel Miguel (en hebreo: מיכאל Mija-El, "¿Quién como Dios?"; en árabe: ميخائيل Mījā'īl; en griego: Μιχαήλ Mijaíl; en latín: Michael) es el Jefe de los Ejércitos de Dios en las religiones judía, islámica y cristiana (Iglesias Católica, Ortodoxa, Copta y Anglicana).
Para los hebreos es el protector de Israel y patrono de la sinagoga.
La Iglesia Católica lo considera como patrono y protector de la Iglesia
Universal. La Iglesia Copta lo considera el primero de los siete
arcángeles, junto con Gabriel, Rafael y Uriel. Supuestamente tocará la trompeta el día del arrebatamiento (1° Tes. 4, 16), y es el encargado de frustrar a Lucifer o Satanás, enemigo principal de Miguel por ser el arcángel de los ángeles caídos o del mal [1] (Ap. 12,7). Por eso, en el arte se le representa como un ángel con armadura de general romano, amenazando con una lanza o espada
a un demonio o dragón. También suele ser representado pesando las almas
en la balanza, pues según la tradición, él tomaría parte en el Juicio final.
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."
(Aunque no es obligación, se puede continuar con gran provecho la práctica de rezar esta oración después de la Santa Misa como se hacía antes del Conc. Vat. II.)
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."
(Aunque no es obligación, se puede continuar con gran provecho la práctica de rezar esta oración después de la Santa Misa como se hacía antes del Conc. Vat. II.)
CORONILLA A SAN
MIGUEL ARCÁNGEL
Se comienza la Corona rezando en la medalla, la siguiente
invocación:
En el Nombre del Padre....
Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.Gloria al Padre, etc.
I. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los
Serafines, que Dios Nuestro Señor prepare nuestras almas y así recibir dignamente en
nuestros corazones, el fuego de la Caridad Perfecta. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
3 Avemarías
II. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los
Querubines, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de abandonar los caminos del
pecado, y seguir el camino de la Perfección Cristiana. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
3 Avemarías
III. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los
Tronos, que Dios Nuestro Señor derrame en nuestros corazones, el verdadero y sincero
espíritu de humildad. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
3 Avemarías
IV. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Potestades,
que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de controlar nuestros sentidos y así
dominar nuestras pasiones. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
3 Avemarías
V. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de
Dominaciones, que Dios Nuestro Señor proteja nuestras almas contra las asechanzas del
demonio. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
3 Avemarías
VI. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de las
Virtudes, que Dios Nuestro Señor nos conserve de todo mal y no nos deje caer en la
tentación. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
3 Avemarías
VII. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los
Principados, que Dios Nuestro Señor se digne llenar nuestras almas con el verdadero
espíritu de obediencia. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
3 Avemarías
VIII. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Los
Arcángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de la perseverancia final en la
Fe, y en las buenas obras, y así nos lleve a la Gloria del Paraíso. Amén.
IX. Por la intercesión de San
Miguel y el Coro Celestial de los Ángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia
de ser protegidos por ellos durante esta vida mortal, y nos guíen a la Gloria
Eterna. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
3 Avemarías
Se reza un Padre Nuestro en honor de cada uno de los siguientes
ángeles:
*En honor a San
Miguel ...... 1 Padre Nuestro
*En honor a San Gabriel...... 1Padre Nuestro
*En honor a San Rafael........ 1 Padre Nuestro
*En honor a nuestro ángel de la Guarda..... 1 Padre Nuestro
*En honor a San Gabriel...... 1Padre Nuestro
*En honor a San Rafael........ 1 Padre Nuestro
*En honor a nuestro ángel de la Guarda..... 1 Padre Nuestro
O Glorioso Príncipe San Miguel, Jefe Principal de la Milicia
Celestial, Guardián fidelísimo de las almas, Vencedor eficaz de los espíritus rebeldes,
fiel Servidor en el Palacio del Rey Divino,...Sois nuestro admirable Guía y Conductor.
Vos brilláis con excelente resplandor y con virtud sobrehumana,
libradnos de todo mal. Con plena confianza recurrimos a vos. Asistidnos con vuestra afable
protección para que seamos mas y mas fieles al servicio de Dios todos los días de
nuestra vida.
V. Rogad por nosotros, O Glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia
de Jesucristo....
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro
Señor.
Oración
Omnipotente y Eterno Dios, os adoramos y bendecimos. En vuestra
maravillosa bondad, y con el misericordioso deseo de salvar las almas del género humano,
habéis escogido al Glorioso Arcángel, San Miguel, como Príncipe de Vuestra
Iglesia.
Humildemente os suplicamos, Padre Celestial, que nos libréis de
nuestros enemigos. En la hora de la muerte, no permitáis que ningún espíritu maligno se
nos acerque, para perjudicar nuestras almas. Oh Dios y Señor Nuestro, guiadnos por medio
de este mismo Arcángel. Enviadle que nos conduzca a la Presencia de Vuestra Excelsa y
divina Majestad. Os lo pedimos por los méritos de Jesucristo, Nuestro
Señor. Amén.
Oración original a San Miguel para ser realizada sosteniendo un crucifijo en alto
(“Levanta el Crucifijo y reza esta oración con la señal de la
cruz. Has esto en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.
Tú vencerás… Reza esta oración todos lo días, ya que la batalla es
enorme…”)
Oh Glorioso príncipe de la Hueste Celestial, San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla y en el terrible combate que estamos librando
contra los principados y Potestades del aire, contra los Dominadores de
este mundo tenebroso, en contra de todos los Espíritus del Mal. Ven en
ayuda del hombre, a quien Dios Todopoderoso creó inmortal, hecho en
ayuda del hombre, a quien Dios Todopoderoso creó inmortal, hecho a su
imagen y semejanza, y redimido por un gran precio, de la tiranía de
Satanás.
Pelea en este día la batalla del Señor, junto con los santos ángeles,
igual que combatiste al líder de los orgullosos ángeles, Lucifer, y a
su hueste apóstata, quienes no tuvieron poder para resistirte y tampoco
hubo ya lugar para ellos en el cielo. Esa cruel serpiente antigua,
llamada el diablo o Satanás, que seduce al mundo entero, fue arrojada al
abismo junto con sus ángeles. Mira, este enemigo primitivo y asesino
del hombre ha tomado fuerza. Transformado en un ángel de luz, anda
alrededor del mundo con una multitud de espíritus perversos, invadiendo
la tierra para borrar el nombre de Dios y de Jesucristo, apoderarse,
asesinar y arrojar a la eterna perdición de las almas destinadas a la
corona de la gloria eterna. Este malvado dragón vierte, como la
inundación más impura, el veneno de su malicia en los hombres de mente
depravada y corrupto corazón; el espíritu de mentira de impiedad, de
blasfemia, y de aire pestilente de impureza, y de todo vicio e
iniquidad.
Estos astutos enemigos han llenado y embriagado con hiel y amargura
esta Iglesia, la esposa del Inmaculado Cordero, y han puesto sus manos
impías en sus más sagradas posesiones. En el Santo Lugar, en donde la
sede de San Pedro y el asiento de la verdad han sido colocados como la
luz del mundo, ellos han levantado el trono de su abominable impiedad,
con el designio inicuo de que cuando el Pastor sea herido, también las
ovejas pueden ser heridas.
Entonces levántate, oh Príncipe invencible, dale ayuda al pueblo de
Dios en contra de los ataques de los espíritus perdidos. Dale la
victoria al pueblo de Dios: Ellos te veneran como su protector y patrón;
en ti la gloriosa Iglesia se regocija con tu defensa contra el maligno
poder del infierno; a ti te ha confiado Dios las almas de los hombres
para ser establecida en bienaventuranzas celestiales. Ora al Dios de la
paz, para que ponga a Satanás bajo nuestros píes, derrotado para que no
pueda más mantener al hombre en cautiverio y lastimar a la Iglesia.
Ofrece nuestras oraciones a la vista del Altísimo, para que pronto pueda
encontrar misericordia a los ojos del señor; y venciendo al dragón la
antigua serpiente que es el diablo y Satanás, tú nuevamente lo pongas
cautivo en al abismo, para que no pueda ya más seducir a las naciones.
Amén.
L: Miren la Cruz del Señor; y sean dispersos los poderes enemigos.
R: El León de la tribu de Judá ha conquistado la raíz de David.
L: Qué tu misericordia esté sobre nosotros, oh Señor.
R: Así como hemos tenido esperanza en Ti.
L: Oh Señor, escucha nuestra oración.
R: Y deja que mi llanto llegue a Ti.
L: Oremos
R: El León de la tribu de Judá ha conquistado la raíz de David.
L: Qué tu misericordia esté sobre nosotros, oh Señor.
R: Así como hemos tenido esperanza en Ti.
L: Oh Señor, escucha nuestra oración.
R: Y deja que mi llanto llegue a Ti.
L: Oremos
Oh Dios, Padre nuestro, señor Jesucristo, invocamos a tu Santo Nombre, y suplicantes imploramos tu clemencia, para que por la intercesión de la siempre Virgen María, Inmaculada Madre nuestra, y por el glorioso San Miguel Arcángel, Tú te dignes ayudarnos contra Satanás y todos los demás espíritus inmundos, que andan por el mundo para hacer daño a la raza humana y para arruinar a las almas.
Amén.
___
1. Portal Turístico del Ayuntamiento de Jabugo, Parroquial San Miguel Arcángel
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