CONFIANZA DEL JUSTO EN EL JUICIO DE DIOS
Súplica de un inocente perseguido o injustamente acusado, que apela al
tribunal de Dios. Afirma su inocencia y acusa a los enemigos, pide al
juez que examine la causa y pronuncie sentencia y la ejecute. Durante la
noche, hasta la hora de la sentencia, goza del asilo del templo, por la
mañana será admitido a la presencia de Dios. El patrón judicial explica
coherentemente muchos datos; con todo, algunos proponen una lectura en
clave militar: el jefe, acosado y amenazado, pide auxilio al Señor. Los
comentaristas antiguos dicen: voz de Jesucristo en la pasión, de la
Iglesia en la persecución. Y el verso final lo aplican a la
resurrección.
[L. Alonso Schökel]
-MariamContigo-
"Te amo, Señor, mi fortaleza, mi liberador...
"En mi angustia, llamé, grité, y él escuchó mi
voz...
"Tú salvas al pueblo de los humildes y abates los
ojos altivos...
"Te alabaré entre los pueblos, Señor, celebraré tu
nombre...
Pero... ¡Cuántos pensamientos extraños a nuestra
cultura, y que a primera vista, nos desconciertan!, ejemplo...
"Una humareda sale de sus narices. . . (se trata
de Dios, ¡comparado a un toro furioso que se lanza sobre cualquier cosa que se
pone delante de él!).
"De su boca, un fuego devorador...
De un querubín hace su cabalgadura... (¡qué Dios
tan raro!).
"Lanza flechas en todo sentido, lanza rayos...
(las alusiones a antiguas mitologías de dioses con rayos en sus manos son
evidentes).
"Persigo a mis enemigos, los abato, caen a mis
pies... Piden un salvador; nada viene. Los barro como la basura de las calles...
Dios me da el desquite... (¿qué Dios es este?).
La vida es un gran combate, Dios es nuestro aliado
y seremos victoriosos.
Ya hemos dicho que los judíos cantaban este salmo
pensando en los combates escatológicos del "descendiente de David" que debía
venir.
En hebreo, la palabra "extranjeros" es lo mismo
que decir "falsos dioses". No traicionamos absolutamente el texto, cuando detrás
de las palabras "enemigos", "agresores", ponemos "todas las potencias del mal".
¿Quién de entre nosotros no está oprimido por la enfermedad, el pecado, la
muerte, la perversidad y el egoísmo, duras limitaciones, injusticias personales
y colectivas? No dudemos un momento, recitemos este salmo: "persigo a mis
enemigos en retirada, extermino a mis rivales... Se rinden...". No nos
contentemos con exclamar esta oración en el fondo del corazón: combatamos con
Jesús, hasta el día en que "no habrá más lágrimas, ni duelo, ni sufrimiento, ni
pecado...".
"Te amo, Señor, mi fortaleza. Sí, te amo. ¡Sé Tú
mi única fortaleza!".
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