VIRGEN DEL VERDÚN, URUGUAY
En 1901 se pone la piedra
fundamental al monumento a la Virgen del Verdún, la Inmaculada, sobre el
cerro. Y al año siguiente el papa León XIII concedió indulgencia
plenaria a los peregrinos.
La subida al cerro es a pie y por un camino que tiene las estaciones del Vía crucis.
Minas, es una ciudad uruguaya del centro-este del país, es capital
del Departamento de Lavalleja. Posee numerosas atracciones turísticas
naturales, entre ellas las serranías.
El primer poblador del paraje fue un vasco francés de nombre
Juan Bautista Berdum, a quien el gobierno de España donó esos campos en
el año 1801; por esa razón los vecinos luego llamaron Verdún.
“Venimos a ti María, Madre del alma,
venimos a confiarte nuestra plegaria.
Porque tú eres la Madre que escucha.
Porque tú eres la Madre que ama.
Porque tú eres una Madre que atiende,
y nunca nos falla.”
venimos a confiarte nuestra plegaria.
Porque tú eres la Madre que escucha.
Porque tú eres la Madre que ama.
Porque tú eres una Madre que atiende,
y nunca nos falla.”
El Presbítero Don José De Luca fue Cura Párroco de Minas desde
Noviembre de 1891 hasta abril de 1906. Su espíritu innovador y
entusiasta concibió la idea, en el año 1900, de colocar una estatua de
la Virgen en uno de los cerros que rodean la ciudad. “La imagen se
traerá de Montevideo y se colocará sobre una columna de seis metros de
alto…”
En el año 1900 eran propietarios del Cerro Doña Maria Ariza
de Dartayete y su esposo Don Pedro Dartayete. El Padre De Luca les
solicitó permiso para colocar una estatua de la Virgen en la cumbre.
Doña María Ariza secundó y ayudó la Obra del Verdún, facilitando su casa
para dejar la estatua conseguida en Montevideo, hasta su colocación.
Prestó además su carreta para subir los materiales para el pedestal.
El 2 de Setiembre decía el periódico local: ‘La Paz Católica”: “La
estatua de la Virgen que se pensaba colocar en el cerro Arequita, será
puesta sobre la cumbre del Verdún. Se proyecta una romería, una gran
peregrinación para el día de la inauguración”. El mismo diario algunos
días después especifica el motivo que inspirador la colocación de la
imagen en la cumbre del Cerro Verdún: “Será un cristiano recuerdo del
siglo XIX y en los albores del XX, será un homenaje a Cristo Redendor y a
su Inmaculada Madre y el primer acto de esta índole que se realiza en la República y que honra mucho a nuestro Departamento” (7.10.1900).
En la revista “Industria y Comercio” de Montevideo figuraba lo siguiente: “Uno
de los panoramas más hermosos que ofrece la ciudad de Minas, es sin
duda alguna la vista del cerro del Verdún. con sus 360 metros de altitud
. .. Desde la cima se contempla la más hermosa vista de la ciudad de
Minas y las sierras que la circundan. Por iniciativa del Cura Párroco,
Don José De Luca, el 19 de Abril próximo se inaugurará una hermosa
estatua de la Virgen, sobre un pedestal… La importante iniciativa está
llamada a influir muy favorablemente en el progreso moral y material de
la capital minuana…” Sin embargo, debido a la gran lluvia del
día 19, la inauguración se realizó el domingo 21 de Abril de 1901. Vino
una gran peregrinación de Montevideo en tren expreso. Entonces no
existían carreteras ni autos.
Fueron padrinos de esta ceremonia el doctor Alejandro Gallinal y la donante de la estatua, doña Catalina O’Neill de Fernández.
El mismo día que en la plaza principal de Minas se abrían los
cimientos del grandioso monumento a Lavalleja, del Escultor Ferrari,
sobre la cumbre del Cerro del Verdún, se colocaban las primeras piedras
del sencillo pedestal en honor de María Inmaculada.
La peregrinación fue presidida por Mons. Mariano Soler. Después de la
Misa campal, el Arzobispo bendijo el pedestal. Asistieron más de 3.000
peregrinos. Desde entonces se siguieron con algunas interrupciones las
peregrinaciones hasta nuestros días. El año siguiente el Papa León Xlll
concedía a los peregrinos del Verdún la Indulgencia Plenaria: “Habiéndose
colocado, según hemos sabido, la imagen de la Bienaventurada Virgen
María Inmaculada en su Concepción, sobre la cumbre del cerro “Verdún”
que mira a la ciudad de Minas en la jurisdicción de la Arquidiócesis de
Montevideo… Nos, para aumentar la religión de los fieles y salud de las
almas, con piadosa caridad, usando los celestes tesoros de la Iglesia
concedemos misericordiosamente en el Señor, “indulgencia plenaria y
remisión de todos sus pecados a todos y a cada uno de los fieles
cristianos de ambos sexos que visitaren dicha imagen en un día del año
elegible al arbitrio de cada cual…” (Dado en Roma el 10-12-1902).
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