viernes, 18 de abril de 2014

LA MUERTE

LA MUERTE CIENTÍFICA DE JESÚS
"En verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir -; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.  ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos de la cólera!  Si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida! Y no solamente eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación."
Rm. 5,7-11


A los 33 años Jesús fue condenado a muerte y enviado a la cruz, la “peor” muerte de la época. Sólo los peores criminales murieron como Jesús. Y con Jesús todavía fue peor, porque no todos los criminales condenados a aquel castigo recibieron clavos en sus miembros.

Sí, fueron clavos… ¡y de los grandes! Cada uno tenía de 15 a 20 cm, con una punta de 6 cm. y el otro extremo puntiagudo. Fueron clavados en sus muñecas y en sus pies.

Jesús tuvo que forzar todos los músculos de su espalda, por tener sus manos clavadas, para poder respirar porque perdía todo el aire de sus pulmones.

De esta forma era obligado a apoyarse en el clavo metido en sus pies que todavía era más grande que el de sus manos, porque clavaban los dos pies juntos.

Y como sus pies no aguantarían por mucho tiempo sin rasgarse también, Jesús era obligado a alternar ese “ciclo” simplemente para lograr respirar.

Jesús aguantó esa situación por poco más de 3 horas. Sí, ¡más de 3 horas! Mucho tiempo, ¿verdad? Algunos minutos antes de morir, Jesús ya no sangraba más. Sencillamente le salía agua de sus cortes y heridas. Cuando lo imaginamos herido, imaginamos meras heridas, pero no. Las de Él eran verdaderos agujeros, agujeros hechos en su cuerpo… Él no tenía más sangre para sangrar, por lo tanto, le salía agua.

El cuerpo humano está compuesto de aproximadamente 3,5 litros de sangre (en un adulto). Jesús derramó 3,5 litros de sangre; tuvo tres clavos enormes metidos en sus miembros; una corona de espinas en su cabeza (en forma de casco) y además un soldado romano le clavó una lanza en su tórax.

Todo esto sin mencionar la humillación que pasó después de haber cargado su propia cruz por casi dos kilómetros, mientras la multitud le escupía el rostro y le tiraba piedras (la cruz pesaba cerca de 30 kilos, tan solo en la parte superior, en la que le clavaron sus manos).

Todo eso pasó Jesús, sólo para que tú tengas un libre acceso a Dios. Para que tengas todos tus pecados lavados”. Todos ellos sin excepción! No ignores esta situación.

¡ÉL MURIÓ POR TÍ! No creas que Él murió sólo por otros, por aquellos que van a la iglesia o por aquellos monjes, curas, pastores, obispos, etc….

¡ÉL MURIÓ POR TI! 

Es fácil pasar un chiste de mal gusto, fotos y tonterías por correo electrónico, whatsapp, facebook o twitter, pero cuando es alguna cosa relacionada con Dios, da vergüenza pasarlo a los demás. Acepta la realidad, la verdad de que JESÚS ES LA ÚNICA SALVACIÓN PARA EL MUNDO.

Dios tiene planes para ti, Enséñales a todos lo que Él pasó, únicamente para darte la salvación. ¡Piensa en esto ahora!


 

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