lunes, 14 de abril de 2014

LA PASCUA


HISTORIA Y SIGNIFACADO DE LA PASCUA
Es la Fiesta anual que conmemora la resurrección de Jesucristo, y la fiesta principal del año cristiano.
Se celebra un domingo en fechas distintas, entre el 22 de marzo y el 25 de abril, y por lo tanto, extendiéndose desde el domingo de Septuagésima (el noveno domingo antes de la Pascua) y el primer domingo de Adviento que se ajustan en relación con la fecha de la Pascua…
Fuentes: Peggy Jones, Jordi Rivero, mercaba.org y otras


Conectados con la observación de la Pascua están los 40 días de penitencia de la estación de Cuaresma, que comienza con el miércoles de ceniza y termina a la medianoche del Sábado Santo, el día anterior a Domingo de “Pascua”; la Semana Santa que comienza en Domingo de Ramos, incluye Viernes Santo, el día de la crucifixión y termina con el Sábado Santo; y la Octava de “Pascua”, que se extiende desde el Domingo de “Pascua” hasta el domingo siguiente.

Durante la Octava de “Pascua” en los primeros tiempos cristianos, los recién bautizados llevaban ropas blancas, que era el color litúrgico de “Pascua”, que significaban luz, pureza y gozo.

El agua bendecida en la Vigilia pascual se usa para los bautismos en toda la temporada de pascua.

TRADICIÓN PRE-CRISTIANA

La “Pascua”, es una fiesta cristiana, que encarna muchas tradiciones pre-cristianas. El origen de su nombre es desconocido. Los eruditos, sin embargo, aceptando la derivación propuesta por el erudito inglés del siglo octavo, San Bede, creen que proviene de Eastre, el nombre anglosajón para el dios teutónico de la primavera y la fertilidad, a quien estaba dedicado el mes de Abril. Su fiesta se celebraba el día del equinoccio de invierno; las tradiciones asociadas con la fiesta sobreviven en el conejillo de “Pascua”, un símbolo de la fertilidad, con los coloridos huevos de “Pascua”, pintados originalmente con colores vivos para representar la luz del sol de la primavera, y usados en los concursos rodantes del huevo de “Pascua”, o dados como regalos.
Dichas fiestas, así como las historias y leyendas que explican su origen, eran comunes en las religiones antiguas. Una leyenda griega habla del regreso de Perséfone, hija de Deméter, diosa de la tierra, de los infiernos a la luz del día; su retorno simbolizaba para los griegos antiguos la resurrección de la vida en la primavera después de la desolación del invierno.

Muchos pueblos antiguos compartían leyendas similares. Los Frigios creían que su poderosa deidad se iba a dormir durante el solsticio de invierno, y llevaban a cabo ceremonias con música y danza en el equinoccio de primavera para despertarle.

La fiesta cristiana de la “Pascua” probablemente encarna un número de tradiciones convergentes; la mayoría de los eruditos hacen énfasis en la relación original de la “Pascua” a la fiesta judía de Pascua, o Pésah, (la palabra griega pascha, en castellano pascua, es traducción del arameo phasha y del hebreo pesah).

Los primeros cristianos, que muchos de ellos eran de origen judío, crecieron en la tradición hebrea y consideraron la Pascua como una nueva figura de la fiesta de Pésah, una conmemoración del adviento del Mesías profetizado por los profetas.

LA FIESTA DE LA PASCUA VINCULA EL ANTIGUO Y EL NUEVO TESTAMENTO

Hay una continuidad histórica y religiosa entre La Pascua judía y la cristiana ya que Cristo murió el primer día de la fiesta judía de la Pascua, que celebra la liberación por mano de Dios del pueblo judío de la esclavitud de Egipto.

Tiene además un profundo simbolismo ya que la muerte de Jesucristo cumple la Antigua Ley, sobre todo en lo referente al cordero pascual que los judíos comen la noche víspera del 14 de Nisan. Cristo, es inmolado el mismo día de la pascua judía, en que se inmolaban los corderos en el templo. Jesús es el Cordero Pascual que nos libera del pecado. Por eso nuestra pascua, como la judía recuerda el paso de Israel por el Mar Rojo, el cordero pascual, la columna de fuego que guiaba a Israel, etc. Pero ahora con un significado mas completo.

LA PASCUA JUDÍA

Las fiestas principales judías eran Pascua, Pentecostés y Tabernáculos, cuya celebración se basaba en acontecimientos anualmente esperados por agricultores y ganaderos, relacionados desde siempre con Dios y, más tarde, con algunos hechos salvíficos históricos.

De estas tres fiestas, la de la Pascua era la más antigua e importante de Israel. Recordemos que la palabra griega pascha (en castellano pascua) es traducción del arameo phasha y del hebreo pesah, que significan «paso» o «tránsito». Así se emplea en el evangelio de San Juan (13,1): «Habiendo llegado la hora de pasar de este mundo al Padre…». Naturalmente, el «paso» pascual significado no es cambio de lugar, sino transformación de existencia. Es existir de un modo nuevo.

Así como para los agricultores el comienzo del año era en otoño, para los nómadas empezaba en primavera. En todo caso, en Pascua florecían las primeras espigas, con cuya harina se obtenían los panes ázimos, es decir, los panes sin la levadura vieja perteneciente a la cosecha anterior. Además, coincidiendo con el florecimiento del desierto, las ovejas tienen sus crías.

La noche pascual tuvo su origen en la luna llena de primavera, momento en que los pastores se despedían con una comida (cordero, hierbas amargas, pan ázimo), dispuestos a cambiar de lugar de pastos (vestido ceñido, sandalias y bastón). Precisamente cuando los judíos preparaban sus panes ázimos para ofrecerlos a Yahvé, tuvo lugar el paso del ángel del Señor para salvar a su pueblo de la esclavitud de Egipto.

El rito fundamental de la Pascua era la cena en familia o en fraternidad, a base de cordero (signo de la compasión de Dios), pan ázimo (miseria sufrida), hierbas amargas (esclavitud) y salsa roja (trabajos forzados en Egipto). Se conmemoraba la liberación de la servidumbre de Egipto, la alegría por la libertad adquirida y la espera de la venida salvadora del Mesías. Las muchedumbres se agolpaban en Jerusalén. Los padres de familia iban oportunamente al templo con su correspondiente cordero para ser degollado en la parasceve (preparación) por un sacerdote. Era noche de rebelión y de «cuchillos largos» o de espadas. Pero, sobre todo, noche de esperanza escatológica en la liberación definitiva que llevaría a cabo el Mesías.

LA PASCUA DE CRISTO

El evangelio de Juan alude a tres pascuas de Cristo: la que coincide con la expulsión de los mercaderes (Jn 2,12-22), la que pone de relieve el tema del pan (Jn 6) y la de la acogida triunfal de Jesús, coincidiendo con el día en que se escogían los corderos pascuales (Jn 12ss), para manifestar que Jesús es el verdadero «cordero de Dios que quita el pecado del mundo».

La palabra «pascua», en el NT, equivale a la fiesta de la Pascua o de los Azimos, a la cena pascual y al cordero pascual. La pasión de Jesús se desarrolla en un contexto pascual, ya que en ese tiempo tuvo lugar la última cena de Jesús, su prendimiento, su interrogatorio y su condena.

Según los sinópticos, Jesús fue condenado en la noche de Pascua y crucificado al día siguiente. La última cena de Jesús fue pascual (Mc 14,12-26 par). En cambio, según San Juan, todos estos acontecimientos tuvieron lugar veinticuatro horas antes (Jn 18,28; 19,14), ya que Jesús murió cuando se degollaban los corderos de Pascua, en la tarde del 14 de Nisán. Los sinópticos ponen de relieve que la última cena es la Pascua nueva. Juan acentúa que Jesús es el nuevo cordero.

Hoy se interpreta que la última cena de Jesús fue banquete, con los gestos del ritual judío de la comida, es decir, «bendición» del pan y «acción de gracias» por el vino después de haber cenado. Los relatos de la eucaristía omiten la descripción del ritual judío y ponen el énfasis en esos dos gestos. Fue también cena de despedida de Jesús antes de la entrega.

Los cuatro relatos evangélicos coinciden en señalar lo que Jesús hizo y difieren en precisar lo que dijo. Jesús se compara a sí mismo con el pan (cuerpo) y el vino (sangre). Según la antropología semita, el hombre es «carne»; la sangre era para los hebreos «sustancia de la vida». El término «cuerpo», en contraste con «espíritu», se emplea para referirse a toda la persona. Está en conexión con el pan; la sangre apunta a la muerte violenta.

Los dos gestos judíos de Jesús en la última cena pascual manifiestan el relieve eucarístico de la Pascua cristiana. Hay una bendición sobre el pan y la copa; se ofrece el pan partido y la copa de vino, y se acompaña esta entrega con palabras significativas y eficaces. Uno de estos gestos, el de la fracción del pan, dará nombre a la eucaristía, denominada por Pablo «Cena del Señor».

LA ESTRUCTURA DE LA PASCUA CRISTIANA

Es posible que desde los primeros orígenes cristianos hubiese una celebración específica pascual cada año. Recordemos que el domingo, día del Señor, fue fiesta pascual semanal. Pero no es fácil precisar cuándo se hizo el tránsito de la pascua semanal a la pascua anual.

Algunos aseguran que antes del año 50 se celebraba una vigilia pascual en las Iglesias de Roma, Corinto, Asia Menor y Jerusalén; incluso hay quienes piensan que la Segunda Carta de Pedro es una homilía pascual pronunciada en Roma y dirigida a los cristianos de entonces como una especie de primera encíclica. Son meras hipótesis.

Lo cierto es que desde finales del siglo Il la Pascua anual es la fiesta más importante de la Iglesia. De hecho, hubo en ese siglo, con respecto a la Pascua, dos corrientes que originaron una tensa controversia. La corriente oriental defendía que la Pascua debía celebrarse el Viernes Santo, al atardecer, con una eucaristía. La corriente occidental pensaba que había de festejarse en las primeras horas del domingo siguiente a ese viernes.A finales del mencionado siglo, por decisión del papa Víctor, se impuso la tradición romana, y empezó a celebrarse la Pascua el Domingo de Resurrección. El concilio de Nicea del año 325 determinó que ese domingo fuera el siguiente a la luna llena del equinocio de primavera (entre el 22 de marzo y el 25 de abril).

La razón de la importancia cristiana de la Pascua es obvia: la fe cristiana es fe en la muerte y resurrección del Señor, o Pascua de Cristo; por consiguiente, el misterio pascual es el centro del cristianismo, de la Iglesia, de la acción pastoral y de la vida espiritual cristiana. Por estas razones decimos que el bautismo es sacramento de la fe o de la Pascua, y la eucaristía memorial pascual.

El Vaticano II ha revalorizado el sentido pascual del cristianismo. «Esta obra de la redención humana y la perfecta glorificación de Dios la realizó Cristo principalmente por el misterio pascual de su bienaventurada pasión, resurrección y gloriosa ascensión» (SC 5).

LA FECHA DE LA PASCUA

Constantino I, el emperador romano, convocó el Concilio de Nicea en el año 325. El Concilio decretó unánimemente que la fiesta de “Pascua” debería celebrarse por todo el mundo cristiano, en el primer domingo después de la luna llena que seguía al equinoccio de invierno; y eso si la luna llena ocurría en domingo, y de ese modo, coincidía con la fiesta de “Pascua” -Easter-. La “Pascua”, debía de ser conmemorada en el domingo siguiente. La coincidencia entre la fiesta de la “Pascua”, Easter, y la Pascua, PésaH, se evitó así.

El Concilio de Nicea decidió también que la fecha del calendario de la “Pascua” debía ser calculado en Alejandría, el principal centro astronómico del mundo, por aquel entonces. Sin embargo, la determinación de la fecha precisa parecía una tarea imposible, a la vista del limitado conocimiento del mundo del cuarto siglo. El principal problema astronómico envuelto era la discrepancia, llamada la epacta, entre el año solar y el año lunar. El principal problema del calendario era una discrepancia ascendente entre el verdadero año astronómico, y el calendario Juliano vigente en ese momento.

Los caminos para la fijación de la fecha de la fiesta intentados por la iglesia fueron insatisfactorios, y la “Pascua” era celebrada en diferentes fechas en diferentes partes del mundo. En el 387, por ejemplo, las fechas para la “Pascua” en Francia y Egipto, se diferenciaban en 35 días.

Por el 465, la iglesia adoptó un sistema de cálculo propuesto por el astrónomo Victorino (siglo V), que había sido comisionado por el Papa Hilario (461-468) para reformar el calendario y fijar la fecha de la “Pascua”. Algunos elementos de su método son vigentes en la actualidad. El rechazo de las iglesias británica y celta para adoptar los cambios propuestos les llevó a una amarga disputa entre ellos y Roma, en el siglo séptimo.

La reforma del calendario Juliano en 1582 por el Papa Gregorio XIII, por medio de la adopción del calendario Gregoriano, eliminó mucha de la dificultad en la fijación de la fecha de la “Pascua”, y para arreglar el año eclesiástico; desde 1752, cuando el calendario Gregoriano también adoptado en el Reino Unido e Irlanda, la “Pascua” ha sido celebrada en el mismo día en la parte Occidental del mundo cristiano. Las iglesias Orientales, sin embargo, las que no adoptaron el calendario Gregoriano, conmemoran la “Pascua” en un domingo, o bien antes o después de la fecha observada en Occidente. De vez en cuando coinciden las fechas; las últimas fueron en 1865 y en 1963.

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