HISTORIA Y SIGNIFACADO DE LA PASCUA
Es la Fiesta anual que conmemora la resurrección de Jesucristo, y la fiesta principal del año cristiano.
Se celebra un domingo en fechas
distintas, entre el 22 de marzo y el 25 de abril, y por lo tanto,
extendiéndose desde el domingo de Septuagésima (el noveno domingo antes
de la Pascua) y el primer domingo de Adviento que se ajustan en relación
con la fecha de la Pascua…
Fuentes: Peggy Jones, Jordi Rivero, mercaba.org y otras
Conectados con la observación de la Pascua están los 40 días de
penitencia de la estación de Cuaresma, que comienza con el miércoles de
ceniza y termina a la medianoche del Sábado Santo, el día anterior a
Domingo de “Pascua”; la Semana Santa que comienza en Domingo de Ramos,
incluye Viernes Santo, el día de la crucifixión y termina con el Sábado
Santo; y la Octava de “Pascua”, que se extiende desde el Domingo de “Pascua” hasta el domingo siguiente.
Durante la Octava de “Pascua” en los primeros tiempos cristianos, los
recién bautizados llevaban ropas blancas, que era el color litúrgico de
“Pascua”, que significaban luz, pureza y gozo.
El agua bendecida en la Vigilia pascual se usa para los bautismos en toda la temporada de pascua.
TRADICIÓN PRE-CRISTIANA
La “Pascua”, es una fiesta cristiana, que encarna muchas tradiciones pre-cristianas.
El origen de su nombre es desconocido. Los eruditos, sin embargo,
aceptando la derivación propuesta por el erudito inglés del siglo
octavo, San Bede, creen que proviene de Eastre, el nombre
anglosajón para el dios teutónico de la primavera y la fertilidad, a
quien estaba dedicado el mes de Abril. Su fiesta se celebraba
el día del equinoccio de invierno; las tradiciones asociadas con la
fiesta sobreviven en el conejillo de “Pascua”, un símbolo de la
fertilidad, con los coloridos huevos de “Pascua”, pintados originalmente
con colores vivos
para representar la luz del sol de la primavera, y usados en los
concursos rodantes del huevo de “Pascua”, o dados como regalos.
Dichas fiestas, así como las historias y leyendas que explican su origen, eran comunes en las religiones antiguas. Una
leyenda griega habla del regreso de Perséfone, hija de Deméter, diosa
de la tierra, de los infiernos a la luz del día; su retorno simbolizaba
para los griegos antiguos la resurrección de la vida en la primavera
después de la desolación del invierno.
Muchos pueblos antiguos compartían leyendas similares. Los
Frigios creían que su poderosa deidad se iba a dormir durante el
solsticio de invierno, y llevaban a cabo ceremonias con música y danza
en el equinoccio de primavera para despertarle.
La fiesta cristiana de la “Pascua” probablemente encarna un número de tradiciones convergentes; la
mayoría de los eruditos hacen énfasis en la relación original de la
“Pascua” a la fiesta judía de Pascua, o Pésah, (la palabra griega
pascha, en castellano pascua, es traducción del arameo phasha y del
hebreo pesah).
Los primeros cristianos, que muchos de ellos eran de origen judío,
crecieron en la tradición hebrea y consideraron la Pascua como una nueva
figura de la fiesta de Pésah, una conmemoración del adviento del Mesías
profetizado por los profetas.
LA FIESTA DE LA PASCUA VINCULA EL ANTIGUO Y EL NUEVO TESTAMENTO
Hay una continuidad histórica y religiosa entre La Pascua
judía y la cristiana ya que Cristo murió el primer día de la fiesta
judía de la Pascua, que celebra la liberación por mano de Dios del
pueblo judío de la esclavitud de Egipto.
Tiene además un profundo simbolismo ya que la muerte de Jesucristo cumple la Antigua Ley,
sobre todo en lo referente al cordero pascual que los judíos comen la
noche víspera del 14 de Nisan. Cristo, es inmolado el mismo día de la
pascua judía, en que se inmolaban los corderos en el templo. Jesús es el
Cordero Pascual que nos libera del pecado. Por eso nuestra pascua, como
la judía recuerda el paso de Israel por el Mar Rojo, el cordero
pascual, la columna de fuego que guiaba a Israel, etc. Pero ahora con un
significado mas completo.
LA PASCUA JUDÍA
Las fiestas principales judías eran Pascua, Pentecostés y Tabernáculos,
cuya celebración se basaba en acontecimientos anualmente esperados por
agricultores y ganaderos, relacionados desde siempre con Dios y, más
tarde, con algunos hechos salvíficos históricos.
De estas tres fiestas, la de la Pascua era la más antigua e importante de Israel.
Recordemos que la palabra griega pascha (en castellano pascua) es
traducción del arameo phasha y del hebreo pesah, que significan «paso» o
«tránsito». Así se emplea en el evangelio de San Juan (13,1): «Habiendo
llegado la hora de pasar de este mundo al Padre…». Naturalmente, el
«paso» pascual significado no es cambio de lugar, sino transformación de
existencia. Es existir de un modo nuevo.
Así como para los agricultores el comienzo del año era en otoño, para los nómadas empezaba en primavera.
En todo caso, en Pascua florecían las primeras espigas, con cuya harina
se obtenían los panes ázimos, es decir, los panes sin la levadura vieja
perteneciente a la cosecha anterior. Además, coincidiendo con el
florecimiento del desierto, las ovejas tienen sus crías.
La noche pascual tuvo su origen en la luna llena de
primavera, momento en que los pastores se despedían con una comida
(cordero, hierbas amargas, pan ázimo), dispuestos a cambiar de lugar de
pastos (vestido ceñido, sandalias y bastón). Precisamente cuando los
judíos preparaban sus panes ázimos para ofrecerlos a Yahvé, tuvo lugar
el paso del ángel del Señor para salvar a su pueblo de la esclavitud de
Egipto.
El rito fundamental de la Pascua era la cena en familia o en
fraternidad, a base de cordero (signo de la compasión de Dios), pan
ázimo (miseria sufrida), hierbas amargas (esclavitud) y salsa roja
(trabajos forzados en Egipto). Se conmemoraba la liberación de
la servidumbre de Egipto, la alegría por la libertad adquirida y la
espera de la venida salvadora del Mesías. Las muchedumbres se agolpaban
en Jerusalén. Los padres de familia iban oportunamente al templo con su
correspondiente cordero para ser degollado en la parasceve (preparación)
por un sacerdote. Era noche de rebelión y de «cuchillos largos» o de
espadas. Pero, sobre todo, noche de esperanza escatológica en la
liberación definitiva que llevaría a cabo el Mesías.
LA PASCUA DE CRISTO
El evangelio de Juan alude a tres pascuas de Cristo: la que
coincide con la expulsión de los mercaderes (Jn 2,12-22), la que pone de
relieve el tema del pan (Jn 6) y la de la acogida triunfal de Jesús,
coincidiendo con el día en que se escogían los corderos pascuales (Jn
12ss), para manifestar que Jesús es el verdadero «cordero de Dios que
quita el pecado del mundo».
La palabra «pascua», en el NT, equivale a la fiesta de la Pascua o de
los Azimos, a la cena pascual y al cordero pascual. La pasión de Jesús
se desarrolla en un contexto pascual, ya que en ese tiempo tuvo lugar la
última cena de Jesús, su prendimiento, su interrogatorio y su condena.
Según los sinópticos, Jesús fue condenado en la noche de
Pascua y crucificado al día siguiente. La última cena de Jesús fue
pascual (Mc 14,12-26 par). En cambio, según San Juan, todos estos
acontecimientos tuvieron lugar veinticuatro horas antes (Jn 18,28;
19,14), ya que Jesús murió cuando se degollaban los corderos de Pascua,
en la tarde del 14 de Nisán. Los sinópticos ponen de relieve que la
última cena es la Pascua nueva. Juan acentúa que Jesús es el nuevo
cordero.
Hoy se interpreta que la última cena de Jesús fue banquete, con los
gestos del ritual judío de la comida, es decir, «bendición» del pan y
«acción de gracias» por el vino después de haber cenado. Los relatos de
la eucaristía omiten la descripción del ritual judío y ponen el énfasis
en esos dos gestos. Fue también cena de despedida de Jesús antes de la
entrega.
Los cuatro relatos evangélicos coinciden en señalar lo que
Jesús hizo y difieren en precisar lo que dijo. Jesús se compara a sí
mismo con el pan (cuerpo) y el vino (sangre). Según la
antropología semita, el hombre es «carne»; la sangre era para los
hebreos «sustancia de la vida». El término «cuerpo», en contraste con
«espíritu», se emplea para referirse a toda la persona. Está en conexión
con el pan; la sangre apunta a la muerte violenta.
Los dos gestos judíos de Jesús en la última cena pascual manifiestan
el relieve eucarístico de la Pascua cristiana. Hay una bendición sobre
el pan y la copa; se ofrece el pan partido y la copa de vino, y se
acompaña esta entrega con palabras significativas y eficaces. Uno de
estos gestos, el de la fracción del pan, dará nombre a la eucaristía,
denominada por Pablo «Cena del Señor».
LA ESTRUCTURA DE LA PASCUA CRISTIANA
Es posible que desde los primeros orígenes cristianos hubiese
una celebración específica pascual cada año. Recordemos que el domingo,
día del Señor, fue fiesta pascual semanal. Pero no es fácil precisar
cuándo se hizo el tránsito de la pascua semanal a la pascua anual.
Algunos aseguran que antes del año 50 se celebraba una vigilia
pascual en las Iglesias de Roma, Corinto, Asia Menor y Jerusalén;
incluso hay quienes piensan que la Segunda Carta de Pedro es una homilía
pascual pronunciada en Roma y dirigida a los cristianos de entonces
como una especie de primera encíclica. Son meras hipótesis.
Lo cierto es que desde finales del siglo Il la Pascua anual es la fiesta más importante de la Iglesia.
De hecho, hubo en ese siglo, con respecto a la Pascua, dos corrientes
que originaron una tensa controversia. La corriente oriental defendía
que la Pascua debía celebrarse el Viernes Santo, al atardecer, con una
eucaristía. La corriente occidental pensaba que había de festejarse en
las primeras horas del domingo siguiente a ese viernes.A finales del
mencionado siglo, por decisión del papa Víctor, se impuso la tradición
romana, y empezó a celebrarse la Pascua el Domingo de Resurrección. El
concilio de Nicea del año 325 determinó que ese domingo fuera el
siguiente a la luna llena del equinocio de primavera (entre el 22 de
marzo y el 25 de abril).
La razón de la importancia cristiana de la Pascua es obvia:
la fe cristiana es fe en la muerte y resurrección del Señor, o Pascua de
Cristo; por consiguiente, el misterio pascual es el centro del
cristianismo, de la Iglesia, de la acción pastoral y de la vida
espiritual cristiana. Por estas razones decimos que el bautismo es
sacramento de la fe o de la Pascua, y la eucaristía memorial pascual.
El Vaticano II ha revalorizado el sentido pascual del cristianismo.
«Esta obra de la redención humana y la perfecta glorificación de Dios la
realizó Cristo principalmente por el misterio pascual de su
bienaventurada pasión, resurrección y gloriosa ascensión» (SC 5).
LA FECHA DE LA PASCUA
Constantino I, el emperador romano, convocó el Concilio de Nicea en el año 325. El
Concilio decretó unánimemente que la fiesta de “Pascua” debería
celebrarse por todo el mundo cristiano, en el primer domingo después de
la luna llena que seguía al equinoccio de invierno; y eso si la luna
llena ocurría en domingo, y de ese modo, coincidía con la fiesta de
“Pascua” -Easter-. La “Pascua”, debía de ser conmemorada en el
domingo siguiente. La coincidencia entre la fiesta de la “Pascua”,
Easter, y la Pascua, PésaH, se evitó así.
El Concilio de Nicea decidió también que la fecha del calendario de la “Pascua” debía ser calculado en Alejandría,
el principal centro astronómico del mundo, por aquel entonces. Sin
embargo, la determinación de la fecha precisa parecía una tarea
imposible, a la vista del limitado conocimiento del mundo del cuarto
siglo. El principal problema astronómico envuelto era la discrepancia,
llamada la epacta, entre el año solar y el año lunar. El principal
problema del calendario era una discrepancia ascendente entre el
verdadero año astronómico, y el calendario Juliano vigente en ese
momento.
Los caminos para la fijación de la fecha de la fiesta intentados por
la iglesia fueron insatisfactorios, y la “Pascua” era celebrada en
diferentes fechas en diferentes partes del mundo. En el 387, por
ejemplo, las fechas para la “Pascua” en Francia y Egipto, se
diferenciaban en 35 días.
Por el 465, la iglesia adoptó un sistema de cálculo propuesto
por el astrónomo Victorino (siglo V), que había sido comisionado por el
Papa Hilario (461-468) para reformar el calendario y fijar la fecha de
la “Pascua”. Algunos elementos de su método son vigentes en la
actualidad. El rechazo de las iglesias británica y celta para adoptar
los cambios propuestos les llevó a una amarga disputa entre ellos y
Roma, en el siglo séptimo.
La reforma del calendario Juliano en 1582 por el Papa
Gregorio XIII, por medio de la adopción del calendario Gregoriano,
eliminó mucha de la dificultad en la fijación de la fecha de la
“Pascua”, y para arreglar el año eclesiástico; desde 1752,
cuando el calendario Gregoriano también adoptado en el Reino Unido e
Irlanda, la “Pascua” ha sido celebrada en el mismo día en la parte
Occidental del mundo cristiano. Las iglesias Orientales, sin embargo,
las que no adoptaron el calendario Gregoriano, conmemoran la “Pascua” en
un domingo, o bien antes o después de la fecha observada en Occidente.
De vez en cuando coinciden las fechas; las últimas fueron en 1865 y en
1963.
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