Los fenómenos naturales como mensajes divinos.
En la madrugada del 15 de abril de 2014 estaba previsto un
eclipse lunar, visible de forma total desde Oceanía, el océano Pacífico y
América, donde un curioso fenómeno astronómico: la denominada “luna roja o de sangre”, que varios evangélicos asocian con el apocalipsis.
Pero no sucedió ningún desastre o fenómeno de grandes proporciones en
la Tierra como habían profetizado algunos evangélicos. ¿Pero puede ser
una señal?
Fuente: Spirit Daily
¿A qué es debido este color? A que la atmósfera terrestre hace que,
en lugar de dejar de ver totalmente la luna, la percibamos sin el color azul de los rayos solares que refleja. Algo parecido a lo que sucede en el crepúsculo.
La luna se vuelve de color rojizo debido a la refracción de los rayos
solares en la atmósfera terrestre. La atmósfera terrestre está llena de
partículas de polvo que absorben la luz (por eso vemos los atardeceres y
amaneceres rojizos). Estas partículas causan que unos pocos rayos
solares reboten en nuestra atmósfera y se refracten hacia la luna. Esta
re dirección de unos pocos rayos solares hacia la Luna, que no se
encuentra iluminada directamente por el Sol, causa una Luna Roja.
La pecularidad de este eclipse es que fue el primero de los cuatro
lunares totales que los habitantes de la Tierra podrán observar en los
próximos dos años, la llamada tétrada. La tétrada ocurrirá en
intervalos de aproximadamente seis meses, los tres finales se avistarán
el próximo 8 de octubre, y en 2015 el 8 de abril y el 28 de septiembre.
Las tétradas de eclipses de Luna no son nada único, ya que se han
producido anteriormente. Sin embargo, en el curso de 300 años desde 1600
no hubo ninguna.
Según el experto de la NASA Fred Espenak, en este siglo se producirán nueve.
La luna roja es un fenómeno que en antiguas civilizaciones animistas
dio lugar a miedos a los dioses por el recuerdo de la sangre.
Actualmente, aquellos que observan a Israel, como el predicador
evangélico y autor, John Hagee de Texas, sienten que algo grande viene y
llegan a esa idea por medio de signos en el cielo – en hebreo, owths
“señales” – especialmente en la luna.
Ellos creen en una secuencia inusual este año y el próximo de “lunas de sangre” (la forma en que la luz se refleja en la luna durante un eclipse lunar).
Lo que se conoce técnicamente como “tétradas”, o sea cuatro lunas de
sangre, coincidirá con cuatro días de fiesta judíos, indicando a los
creyentes como Hagee que un tiempo especial está al alcance de la mano.
Como Hagee dice, “algo está a punto de cambiar”.
“Cuatro eclipses lunares totales ‘rojo
sangre’ caerán en Pesaj y Sucot en 2014 y 2015, los mismos sucesos en
el momento de tétradas de 1492, 1949, y 1967?, sostiene Hagee.
“Esas tres fechas son las más importantes en toda la historia de Israel”
“El mundo ha tomado un giro equivocado y necesitamos una señal de Dios para volver por el buen camino”,
entona el evangelista, que viaja por el mundo y tiene una
“mega-iglesia” llamada Cornerstone en San Antonio, Texas (con 20.000
miembros).
“Las cuatro lunas de sangre sólo pueden ser esa señal”
Uno puede mirar a las Escrituras y encontrar algunas correlaciones interesantes. Un ejemplo se encuentra en Hech. 2,19-20:
“Haré prodigios arriba en el cielo y
señales abajo en la tierra. Sangre y fuego y vapor de humo. El sol se
convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de la venida del
grande y terrible día del Señor”.
Hay un mensaje casi idéntico en Joel 2,30-31.
En Fátima, una gran señal profetizada resultó ser un extraordinario despliegue de la aurora boreal.
Jesús dijo que,
“habrá señales en el sol, en la luna y
en las estrellas… Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y
levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” Lc. 21,25;28
En el caso de Hagee, es interesante – cómo se transmite la postura
evangélica – que no sólo se producirán grandes eventos, sino que
incluirán algún tipo de oscuridad.
“La oscuridad envolverá a la Tierra en
la última parte de la tribulación, el sol, la luna y las estrellas no
darán su luz normal (Ap. 8,12)”, él escribe.
“Esta oscuridad sobrenatural se hará añicos por el brillo impresionante de la gloria divina, como la humanidad nunca ha visto.”
Como en el pasado, ¿podrán las lunas de sangre señalar un “camino de lágrimas” a Israel terminando con el triunfo? ¿Está escrito en el cielo?
En el primer capítulo de Génesis, el Señor dijo:
“Que haya luces en el firmamento de los cielos para separar el día de la noche y sirvan de señales para las estaciones”
En el ámbito católico, la “tribulación” es considerada como un
“castigo”. Desde Fátima, se han observado señales en el cielo como los
milagros del sol, formaciones de nubes, estrellas, etc., incluyendo
fenómenos relacionados con la luna.
Si Dios mismo dijo que habría señales en los cielos, ¿quiénes somos
nosotros para no considerarlas – incluyendo, tal vez, “lunas de sangre” –
con todo lo demás que vendrá?
Quienes creen en que las apariciones marianas son más que el delirio
de unos cuantos, consideran que hay un cordón umbilical entre las
apariciones de Fátima que se repiten y especifican conceptualmente en las de Akita, y que desembocan en las apariciones de Garabandal y de Medjugorje.
En las apariciones de Fátima y las de Akita, vemos el anuncio de una
fuerte intervención divina: o el hombre se convierte o habrá un gran
castigo. Luego triunfará el Inmaculado Corazón de María. Y a partir de
las apariciones de Garabandal y Medjugorje, María le entrega a los
videntes la misión de anunciar los eventos futuros a la humanidad unos
días antes que sucedan, o sea en el trascurso de sus vidas. De modo que
en no más de 20 anos veremos esos sucesos, a condición que las
apariciones sean correctas y que no haya algún cambio en la humanidad
que aminore el castigo.
Si bien no sucedió nada significativo en esta luna de sangre del 15
de abril en términos de otros fenómenos naturales, sociales, políticos o
religiosos, hay que descartar nada y mantener los ojos bien abiertos.
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