LA SANTA DUDA DE IVORRA, ESPAÑA
A un cuarto de hora del pueblo
español de Ivorra, situado en el obispado de Solsona (Cataluña, España),
hay una antiquísima capilla llamada Santa María, la cual, hace diez siglos, fue el escenario de un milagro Eucarístico.
Mientras celebraba la Santa Misa, un día del año 1010, el Reverendo Bernardo Oliver, rector de dicha capilla, en el momento de pronunciar las palabras de consagración sobre el cáliz, le asaltó una fuerte tentación de duda referente a la presencia real de Jesucristo en el vino consagrado.
Tomado de La Vanguardia Digital - Sábado, 13 de mayo de 2000.
Fuese que el sacerdote no hubiese rechazado la tentación con la
prontitud debida o que el Señor se sirviera de ella para confirmar una
vez más la verdad del dogma de la Transubstanciación, con un prodigio de
su omnipotencia.
No hay palabras para explicar la turbación del sacerdote celebrante y la admiración de los asistentes al Santo Sacrificio de la Misa, delante de un prodigio tan sorprendente.
La noticia corrió enseguida por todo el pueblo y algunas piadosas
mujeres se apresuraron a empapar en aquella Sangre milagrosa lo primero
que tuvieron a mano, que fueron unas pobres estopas.
Mientras esto ocurría dentro de la capilla, las campanas, en lo alto
de la torre, comenzaron a repicar solas, como para anunciar a todo el
contorno tan grande y prodigiosa nueva.
Entre los muchos que acudieron a presenciar el milagro estaba San
Ermengol, Obispo de Urgel, que entonces estaba casualmente en Guisona.
Este santo, después de informarse bien de todas las circunstancias, no
pudo menos que reconocer que se trataba de un hecho sobrenatural y
divino.
Años mas tarde, deseoso de proceder con toda la discreción y
prudencia que la Iglesia, nuestra Madre, acostumbra a emplear en casos
semejantes, el obispo Ermengol recogió parte de aquella Sangre
preciosísima y se encaminó hacia Roma, para dar cuenta de ello al Santo
Padre, que era entonces Sergio IV.
El papa Sergio IV, después de oír el relato del obispo Ermengol,
firmó una Bula pontificia certificando que se trataba de un verdadero
milagro, guardó para sí el cáliz y dio a Ivorra una serie de reliquias,
concediendo al pueblo privilegios para la Cofradía de Santa María de
Ivorra que San Ermengol había fundado.
Aquellas reliquias, junto con una parte del mantel manchado de sangre
y el documento pontificio, fueron colocadas bajo el altar mayor de la
iglesia parroquial de Ivorra dedicada a Sant Cugat, inaugurada el año
1055 por el obispo Guillem de Urgell.
Estas reliquias, junto con los corporales tintos en aquella Sangre
milagrosa, que todavía se conservan y veneran en Ivorra, son objeto de
dos fiestas, que se celebran anualmente en memoria perenne de aquel
prodigio: la primera el II Domingo de Pascua y la segunda, el día 16 de
agosto, ambas con gran solemnidad.
Comprueba además la verdad de este hecho, un documento antiquísimo,
copia autentica de la Bulla que el mencionado Papa Sergio IV dio el año
segundo de su pontificado (1010), autorizando el culto y la veneración
de la prodigiosa reliquia, y un Decreto de la Sagrada Congregación de
Ritos, firmado el 27 de junio, de 1868, confirmando dicha autorización.
A finales del siglo XIV, en unas obras realizadas en la iglesia
parroquial, aparecieron les reliquias y el documento del papa Sergio IV.
Puesto el hecho en conocimiento del Nuncio del Papa en Cataluña, éste
lo hizo analizar por el abad del monasterio de Cardona, que determinó su
autenticidad.
A partir de aquí el renombre que adquiere el milagro de la Santa Duda
se extiende por toda la Corona de Aragón y el Principado de Cataluña,
tanto que el rey Alfonso el Magnánimo publica un documento autorizando a
la Cofradía de Ivorra para predicar el milagro por todo el reino y a
hacer una colecta para construir un relicario digno de las reliquias.
Actualmente las reliquias se conservan en el relicario gótico del año
1426, fruto de aquella colecta popular. Contiene, además de un trozo
del mantel del altar lleno de sangre, otras reliquias donadas por el
papa Sergio IV a San Ermengol: un cabello de la Virgen María, una espina
de la corona de Jesús, un fragmento de piedra del sepulcro del Señor y
otras reliquias de santos.
La iglesia donde ocurrió el prodigio de la Santa Duda se quedó
pequeña para la gran cantidad de gente que acudía en peregrinación. En
su lugar se edificó el actual Santuario inaugurado el año 1663, aunque
la fachada data de 1762. El altar barroco que había fue destruido en la
guerra española de 1936.
De la iglesia primitiva se conserva un retablo gótico del siglo XV,
depositado en el Museo Diocesano y Comarcal de Solsona. El Santuario ha
sido objeto, durante los últimos años del siglo XX, de una restauración
que lo ha salvado de su estado ruinoso. El edificio consta, además de la
iglesia, de otras dependencias que antiguamente servían para acoger a
los peregrinos.
Mil años después (del milagro Eucarístico de Ivorra), la ciencia
puede ayudar a despejar las dudas que aún puedan tener los más
incrédulos.
El resultado de unos análisis efectuados en una universidad
norteamericana han certificado la autenticidad de la tela y de la sangre
contenida en algunas de las reliquias que se conservan en el santuario
de la Mare de Déu de Ivorra, donde se venera el Sant Dubte. Las pruebas
no acaban aquí, porque todavía están pendientes más análisis que se
llevarán a cabo en un labotario de Alemania. “Se trata -afirma Mosén
Fermí Manteca, rector de Ivorra- de realizar un estudio histórico lo más
riguroso posible, una revisión del milagro con intencionalidad
histórica. El Vaticano, con motivo del Jubileo, quería repasar cómo se
ha vivido la eucaristía a lo largo de la historia de la Iglesia.”
El milagro del Sant Dubte ha condicionado la vida de Ivorra desde
entonces. La adoración religiosa a las reliquias que el Papa Sergio IV
cedió al pueblo fue muy popular durante la edad media, pero el actual
santuario no se construyó hasta el siglo XVI, aunque se ha reconstruido
hace poco.
Mosén Fermí Manteca ve cercana ya la celebración del milenario del Sant Dubte. Por eso, ha adaptado la tradición y la devoción a los nuevos tiempos.
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